Miguel Baquero
En contraposición a muchas novelas de rumor existencialista que, en la época en que se escribió esta obra, basaban su argumento (muy escaso) en un hombre sin identidad que pugnaba por encontrarse a sí mismo, Caída y auge de Reginald Perrin, de David Nobbs, publicada en 1975, cuenta (de manera muy divertida) la odisea de un hombre al que le resulta imposible desprenderse de su identidad. Sin ánimo de confrontación con aquellas (muy buenas, por otra parte, pero que quizás llegaron a ser excesivas en la época) novelas de búsqueda de un yo, Reginald Perrin, el protagonista de esta historia, es un personaje que no puede dejar de ser él. Mediocre, bien es cierto, un tanto ridículo si se le mira bien, frustrado en infinidad de cosas… esa es la cómica desgracia de Perrin, un factor que, no por humorístico, deja de inducir a que, al eco de las carcajadas, podamos pararnos a reflexionar sobre nosotros mismos, como buscan al fin las grandes obras literarias, sobre si tenemos una identidad fijada, un destino y, si ambas cosas son ciertas, alguna posibilidad de escabullirnos de todo eso.
Si en la genial La importancia de llamarse Ernesto, y con la misma finura humorística, el protagonista descubría de pronto que había estado toda su vida diciendo la verdad, en Caída y auge de Reginald Perrin su héroe, entre comillas si quiere el lector, confirma asombrado que durante toda su vida ha estado haciendo aquello que, en el fondo le gustaba… aunque todo sea, como se ha dicho, manifiestamente mejorable. Llámese la fuerza del sino, de la costumbre o de las ataduras materiales, Reginald Perrin es en gran medida un reflejo de muchos de nosotros, que manoseamos el deseo de romper con todo y empezar de cero, pero al final nos detenemos porque quizás, o lo más seguro, acabáramos volviendo al mismo sitio.
«Tenía un matrimonio ideal y no iba a permitir que su propia esposa se lo estropease”. “No me andaré con rodeos”, le pregunta un personaje a otro a la cara, “¿es usted de color?».
Estas son solo algunas muestras de los diálogos ingeniosísimos, depuradamente humorísticos, a tramos sublimes en lo cómico, que se suceden a lo largo de esta novela, una perla, no hace falta decirlo, de lo que se ha venido en llamar “el humor inglés”. No obstante, y pese a este barniz de elegancia en el humor, y la agilidad con que se desarrolla el texto, Caída y auge de Reginald Perrin adolece de un cierto estilo descuidado en cuanto a lo literario, fruto seguramente de que David Nobbs, su autor (Petts Wood, Kent, 1935), pudo escribir con la vista puesta más en un éxito cinematográfico o televisivo que literario. De hecho, la serie basada en este libro y sus secuelas posteriores constituyó a finales de los 70 unos de los grandes éxitos de la televisión británica.
Divertida, en fin, muy divertida, irrespetuosa y con afán gamberro, apoyada en unas escenas sorpresivas y de gran comicidad, Caída y auge de Reginald Perrin es una excelente ocasión para detenernos a pensar sobre nosotros mismos y nuestra circunstancias desde un punto de vista algo menos solemne, lo que también es de agradecer.
1 comentario:
Me da que es un libro para leer en su idioma original, que con la traducción se pueden perder bastantes matices.
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