martes, noviembre 14, 2006

Travesuras de la niña mala, Mario Vargas Llosa

Alfaguara, Madrid, 2006. 375 pp. 19,50 €

Care Santos

Al envejecer, la gente se hace cómoda. O más reticente a cambiar de casa, de ambiente, de amistades, de ciudad... Ya no hablemos de ideología, de mitología o de paraísos. Eso pensaba mientras leía esta última novela de Vargas Llosa, en la que el autor peruano, ya sobrepasados los 70, parece haber escogido aquellos territorios ¿ficcionales? donde más a gusto se ha sentido para ubicar en ellos una acción novelesca que parece creada con una sola premisa: disfrutar. No sólo él, por supuesto —¿sería eso legítimo? Lo sería, sin duda— sino con él, todos los lectores que se acerquen a estas páginas.
La peripecia parte del despertar a la juventud del protagonista, Ricardo, y su grupo de amigos limeños —podrían ser perfectamente los personajes de Los cachorros, pero acaso más felices— cautivados por la belleza de dos chicas más o menos exóticas que irrumpen en su círculo, a quienes llaman "las chilenitas". Después de contarnos los avatares de un verano cargado de emociones y de hormonas en circulación («los enamoramientos se deshacían y rehacían y al salir de las fiestas de los sábados las parejas no siempre eran las mismas que entraron»), nos narra el autor, amparado en un narrador-protagonista, el desengaño que supuso la desaparición de Lily, una de las niñas, de quien se había quedado prendado. Y qué significó descubrir poco después que su enamorada era en realidad una impostora: ni chilena, ni de clase social acomodada, como le había hecho creer.
Luego Ricardo parte hacia el sueño de París, estudia leyes y se establece en la capital francesa, más o menos como hiciera el propio autor. Con la primera desaparición de Lily, que cierra el primer capítulo, acaba de trazar Vargas el resumen de todo lo que vendrá: en realidad su novela será una sucesión de apariciones y desapariciones de la misma mujer, transformada, sucesivamente, en el ideal femenino con que sueña Ricardo (y no sabemos cuántos más): la mujer fácil, inteligente, bella, sofisticada y poco aprensible.
En realidad, la niña mala vista a ras de suelo es una arribista dispuesta a casi todo por conquistar lo único que le interesa en el mundo: poder y dinero. Seguramente, más lo segundo que lo primero, aunque su olfato le dice que lo primero es condición indispensable de lo otro. En su carrera desenfrenada hacia la cúspide, que la lleva de la guerrilla cubana pro castrista a las embajadas de París o Londres, y más tarde a una vejez desasosegante, va tropezando una y otra vez con ese único vestigio de su pasado que es Ricardo, con quien mantiene una relación ambigua basada en el coqueteo, la utilización, la fugacidad y puede que ciertos sentimientos nobles que nunca afloran del todo.
A pesar de que nunca alcanza con el protagonista las altas cotas de inmoralidad que sí practica con otros de sus hombres, esta falta de escrúpulos del personaje es, a un tiempo, lo que lo hace odioso y adorable, terriblemente humano pero también terriblemente poderoso. Se trata del mayor hallazgo de esta novela: la Niña mala es, por sí misma, un monumento a la ficción. De ese modo tan real, tan cercano a los modelos del mundo real, en que saben serlo los grandes personajes. Para decirlo con palabras del autor-narrador:

La verdad, había algo en ella que era imposible no admirar, por esas razones que nos llevan a apreciar las obras bien hechas, aunque sean perversas.

No sería descabellado practicar un poco de antropología literaria y encontrar parentescos entre Lily y Madame Bovary, acaso la mujer adúltera con quien más ha intimado Vargas Llosa. Tienen en común muchas cosas. También Lily practica la promiscuidad urgida por la búsqueda de algo que no encuentra en ninguna parte porque tal vez no existe. En el fondo, son mujeres tan ocupadas en crear su propio personaje que no tienen tiempo de disfrutar de la vida ni de dejar que los demás la disfruten. Le dice Lily a Ricardito:

Tú nunca vas a vivir tranquilo conmigo, te lo advierto. Porque no quiero que te canses de mí, que te acostumbres a mí.
A lo largo de las más de cuatrocientas páginas del libro, vemos a Lily convertirse de niña con ínfulas en mujer fatal, reinar en las fiestas de sociedad gracias a su sofisticación y su gracia, y luego asistimos a su declive, a su decadencia y su enfermedad —que tampoco logran humanizarla— y hasta llegamos a conocer su pasado de la mano de la somera investigación limeña de Ricardo —ya casi al final de la historia—, preludio a un final propio de la protagonista de una ópera romántica. Y lo mejor de todo es que nos lo creemos. Creemos esa vida novelesca incluso en sus episodios más increíbles, como el de los desmanes japoneses de Lily en manos de una especie de yakuza despiadado y amante del sadismo. También logra Vargas Llosa emocionarnos con un desenlace en el que ya nos resulta imposible no sentir simpatía por los dos personajes principales. Mientras ella muere, él se pregunta:

¿Se podía llamar historia de amor a esta payasada de treinta y pico de años, Ricardito?

La respuesta es clara, y la conoce el lector: por supuesto que sí.
Hay más. El otro de los grandes temas vargasllosianos, la política, está también muy presente. La peruana y la latinoamericana, con algún que otro guiño a la época en que él mismo optó a la presidencia de su país y fue derrotado. Y para el final dejo lo obvio: el soberbio estilo, que regala al lector un castellano memorable, plagado de peruanismos pero siempre universal. Es Vargas Llosa en zapatillas, tumbado en su sofá, invitándonos a conversar mientras tomamos café.
Un gusto.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy bastante de acuerdo con este divertimento literario de Vargas LLosa.

Me gustó mucho la descripción de la época en los años de Londres, y me encantó el primer capítulo: breve pero evocador, no se puede expresar mejor esos cortos años de la adolescencia que te marcan para toda la vida, como marcan a nuestro protagonista. De todas formas, no deja de ser ficción, y ésta ha de ser creíble, ¿por qué tanto esfuerzo en intercalar cuñas de discurso histórico en la obra y luego tanta despreocupación por un personaje masculino que me parece artificial por ser demasiado panoli?

Anónimo dijo...

Pues mira tú que yo no he podido nunca leerme a este autor ¡y mira que lo he intentando! me pasa lo mismo con Antonio Gala o Fernando S.Dragó: Lo que me gusta es escucharles. Gracias Care Santos por una bonita reseña, de verdad es tan bonito el libro como tu reseña?

Anónimo dijo...

olas soy un niñi de 13 años q acaba de leer este libro y me parecio muy interesant como la chilenita o lili podia comportarse de esa manera a lo largo de su vida y como ricardito como buen perro la siguio hasta la muerte pucha mas que todo esto va para jovenes bueno chau amigos

Anónimo dijo...

Desde hace algún tiempo trato de no perderme ninguna novela de Vargas Llosa, y salvo en el caso de "los cuadernos de don Rigoberto", nunca me arrepiento.

Me gustó mucho esta historia. La descripción de sucesos históricos y de lugares la hacen bastante verosímil. Me gustó tambien la combinación de épocas, y de sitios.

El mambo de Pérez Prado en los 50, el movimiento guerrillero de los años 60, el hippismo de los 70, y el desconsuelo con los experimentos populistas como el de Alan García en los 70, sirven de Marco a esta historia de amor que se prolonga por más de cincuenta años. La recomiendo fuertemente.

Anónimo dijo...

REALMENTE ES UNA OBRA MARAVILLOSA PUES INDICA UN AMOR QUE ENGAÑA Y CREO QUE ENSEÑA A LAS PERSONAS LA REALIDAD

patricia sandoval dijo...

me encantó ,bien linda la
obra
un amor de la adolescescia que
se basó en la mentira y bueno
pues nos enseña a ser muy cuidadosos y saber eligir a la persona correcta.

Eve_Inn dijo...

La verdad muy interesante novela.
El protagonista se merece todo lo que le pasa por caer una y otra y otra vez , perdiendo todo sentido de la dignidad . Realmente lo que mas admire de su caracter fue cuando se fue del hotel de Tokio inmediatamente, y no respondio sus llamadas. Por lo demas un imbecil completamente justificando el caracter de la niña mala, por venir de familia humilde.
Me cabe la duda si lo que el siente es amor u obsecion por conseguir el amor de ella.
Y nose si en realidad halla un hombre asi en la vida real, me lo trate de imaginar y no pude.
¿Existira un personaje en la vida real de amar (u obsesionarse)de tal modo o es mera ficcion? yo como mujer digo que es mera ficcion, ¿ustedes que dicen hombres?

paloma dijo...

Me gustó mucho el libro.
No obviaría nada de él, porque su esencia es lo que a mis ojos lo hace bueno.
Mi reflexión va a un comentario que apareció. A pesar de que yo no lo haya experimentado y no sé si lo experimentaré, mi concepción del amor se basa en cuando ya no puedes controlar tus sentimientos hacia otra persona... la cosa es ¿cuál es la línea que divide eso de la obsesión? Yo no sabría decirlo, pero tampoco podría llamar al protagonista 'idiota' o que no escogió bien, porque según lo que dicen 'en esta vida, nadie elige a quién querer'...

EUSTOLIA dijo...

Querido Señor VARGAS LLOSA:

Lili(César)y Ricardo(Eustolia) mexicanos por cierto...le agradecemos habver visualizado nuestras vidas en su libro ... cada unos de los pasos que hicieron los personajes nosotros los hicimos sin saber ...amo a mi lili actualmente ... con mucho cariño y afecto ... su libro es hermoso ... su libro es mi vida

mirta y grenni. jorge basadre dijo...

la obra trata del amor adolescente y al misdmo tiempo es un poco introvertida

Anónimo dijo...

Trata de la historia de Perú, convertida en una niña mala de la cúal se enamora el protagonista.
Me fascinó esta novela!