martes, diciembre 09, 2014

¡Universo!, Albert Monteys

Panel Syndicate, 2014. 37 pp. Precio: el que elija el lector

Ricardo Triviño

Parece que Monteys está empeñado en que no echemos de menos a Tato, su querido personaje en El Jueves. Con este nuevo trabajo, ¡Universo!, el autor barcelonés se centra, por fin, en crear una historia completa donde dejar claro por qué es uno de los mejores historietistas actuales del panorama español.
En los últimos años, más allá de su trabajo para la revista satírica, ha publicado con Caramba Cómics, la editorial independiente de Alba Diethelm y Manuel Bartual (Sexorama). Fruto de esta colaboración han salido Ser un hombre: cómo y por qué, una especie de Para ti que eres joven cargado de testosterona, y 23 fotogramas por segundo, un compendio de chistes sobre cine. También dibujó en 2012 una historieta para las Nuevas Hazañas Bélicas de EDT guionizada por Hernán Migoya (Todas putas) y, más recientemente y de la mano de Astiberri, ha publicado Misterios comestibles, un mini libro con historietas y chistes sobre un “detective alimentario”. Para conocer el origen de la nueva serie de ¡Universo!, que no ha hecho más que empezar, hay que remontarse hasta 2013. A través del también historietista Javi Rodríguez (Wake Up), Monteys entabló amistad con Marcos Martín, dibujante para Marvel y DC que el año anterior había ganado un Eisner gracias a la serie de Daredevil. En marzo de ese mismo año, Martín había inaugurado junto al multipremiado Brian K. Vaughan (Y: el último hombre) una propuesta verdaderamente interesante: ¿cómo reaccionarían los lectores si se les ofreciera un cómic digital sin DRM por el que pudieran pagar lo que quisieran?
Con esto en mente, ambos autores empezaron a autopublicar The Private Eye en internet. Como la idea era reclutar más autores para la causa, no utilizaron el nombre de la serie para bautizar la página sino que la llamaron Panel Syndicate (algo así como “El gremio de la viñeta”). Entre los autores tanteados estuvo Albert Monteys, quien accedió de buen grado. Pese a ello, la gran cantidad de obligaciones del barcelonés fueron dilatando la entrega. Un año después, tras abandonar El Jueves debido a la censura por parte de RBA de una portada escatológica sobre la coronación de Felipe VI, el autor se encontró con tiempo sobrado e ingresos suficientemente exiguos como para poder retomar el proyecto.
Dicho y hecho, en dos meses terminó el guion, el dibujo y la rotulación de las 35 páginas de la primera entrega, publicada el 19 de noviembre de 2014 en la portada de Panel Syndicate. La nueva serie pretende hilvanar diferentes historietas de ciencia-ficción autoconclusivas que compartirán un mismo mundo (de ahí el título de ¡Universo!) donde los personajes podrán ir reapareciendo e, incluso, cruzándose. El resultado es, sin riesgo a ser exagerados, espectacular. La gente que sabía que Monteys era bueno se sorprenderá al comprobar que es todavía mejor. Gracias a haber aparecido en inglés, además de en catalán y español, están empezando a llegar reseñas muy positivas desde fuera de España, sobre todo de Estados Unidos.
Si bien no abandona el humor, el relato es más serio de lo que nos tiene acostumbrados y ahonda, como buena ciencia-ficción, en señalar desde el futuro los males del presente. Thomas es un empleado más en la megacorporación Industrias Wortham donde han descubierto por casualidad un modo de viajar en el tiempo. Ante tan revolucionario descubrimiento, al dueño de la empresa no se le ha ocurrido nada mejor que enviar a Thomas al mismísimo origen del universo para que grabe el logo de Industrias Wortham en cada uno de los átomos que acabarán conformando el cosmos.
El lector disfrutará de la originalidad y la frescura de este guion que no se queda en la superficie. Y es que la cabeza de Albert es una joya que certifica trabajo tras trabajo cómo ha sido capaz de hacer una entrega semanal de humor durante dieciséis años. De su cráneo a sus falanges, corre el talento que lo convierte en un grandísimo dibujante. Su línea clara, su entintado exquisito a pincel, su conocimiento del color,… Uno puede detenerse extasiado durante minutos con la composición de sus páginas. Volver a hojearlo, aun virtualmente, produce tanta satisfacción como envidia desmedida.
¡Universo! es uno de esos tebeos que regala relecturas infinitas. En cierto modo, sus fans pueden sentirse mal si descubren que aquella censura de El Jueves les está haciendo muy felices. Gracias a ella, Monteys se ha lanzado a nuevos y fascinantes proyectos que harán las delicias de muchos. Abracemos la adversidad y apoyémosle en este nuevo camino.

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