Jaime Valero
«¿Sabes qué? A veces me siento como si todo el mundo hiciera conmigo lo que le viniera en gana... Como si fuera un puto papel estrujado.» Javi, uno de los dos protagonistas de este cómic, nos cuenta con estas palabras en qué punto vital se encuentra. Y parece decidido a cambiar las tornas, aunque ya sabemos que el mundo no ve con buenos ojos que tratemos de volcarnos en su contra. Javi tiene 16 años y finge ante su madre que todavía sigue asistiendo al instituto, pero en realidad se saca un dinerillo ejerciendo como matón para algunos de sus antiguos compañeros. ¿Que hay que darle un escarmiento a alguien o recuperar un objeto que te han robado? Javi es tu hombre, siempre que puedas pagar su precio. En el otro extremo de la balanza encontramos a un cuarentón llamado Jorge que acaba de llegar a la ciudad, y allí alquila una habitación en una pensión y encuentra trabajo en una nave de carpintería industrial. Taciturno e introvertido, se convierte de inmediato en un enigma andante para el lector, que atisba en él los efectos de un pasado traumático que el autor nos va revelando progresivamente, en base a una estructura narrativa bien ensamblada que discurre a caballo entre el presente y el pasado.
Papel estrujado es la primera obra larga de Nadar, un joven autor nacido en Castellón de la Plana que, pese a no haber cumplido aún la treintena, demuestra con este cómic una inusitada madurez. Primero, por la refinada sensibilidad que muestra al contarnos la historia de estos dos personajes y de los secundarios que de una u otra forma toman parte en sus vidas. Conseguir tal grado de introspección y de complejidad emocional en ellos, al tiempo que se mantiene el carácter eminentemente visual y expresivo del cómic, no es tarea fácil en absoluto. A ello hay que sumar el sorprendente dominio que tiene Nadar de la narrativa secuencial, al manejar con maestría el ritmo, los silencios, la transición de los saltos temporales y la elección de los planos y encuadres en cada viñeta. Un dominio que muchos autores solo alcanzan tras años dedicados a la profesión, y que en el caso de Nadar es la prueba de que estamos ante un autor al que merecerá la pena seguir en los próximos años. También resulta destacable el encanto con el que recrea las situaciones más cotidianas de la vida de sus personajes, ya sea con la secuencia en la que la madre de Javi se prepara unas palomitas al microondas o cuando Jorge toma su primer contacto con la habitación que acaba de alquilar a su llegada a la ciudad. Pequeños instantes que el autor retrata con mimo y con detalle, que ayudan a enriquecer el trasfondo de la historia.
Este desarrollo lento e introspectivo no impide que la trama vaya creciendo en intensidad hasta el clímax final, que dejará poso en nuestras mentes cuando todas las piezas del puzzle terminen por encajar. Papel estrujado es una lectura emotiva, profunda, agridulce, que se ha ganado un puesto de honor entre los mejores cómics publicados en 2013.
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