Canadá
Richard Ford
Anagrama, 2013
Ojo, atentos, que ha llegado el sheriff. Desde que le colocaron la estrella en el pecho, nadie se ha atrevido a quitársela. Richard Ford es uno de los sheriff de la narrativa actual, tal vez sea el gran sheriff, el jefe, y por eso, cada cierto tiempo, para sus fieles siempre más tiempo del que hubiéramos deseado, cuando contempla que la cosa se desmanda, que comienzan las turbulencias y los agoreros alzan la voz, pega un puñetazo sobre la mesa y exhibe su fortaleza. En cada nueva entrega de Ford, tras cada línea, yo creo escuchar: Leed, esto es una novela, así se escribe una novela.
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Nostalgia
Mircea Cartarescu
Impedimenta, 2012
En 1993, un poeta rumano consagrado Mircea Cartarescu, de treinta y siete años publicó en un solo volumen tres relatos (“El ruletista”, “El Mendébil” y “El arquitecto”) y un par de novelas cortas (Los gemelos y REM) que habrían de colocarlo en la cumbre literaria de su país. Aquel libro, Nostalgia, es un crisol que recupera el paraíso perdido de la infancia y la época de crisis de la adolescencia. Pero que nadie busque aquí un relato edulcorado de la edad temprana. Cartarescu se encuentra más cerca de Tim Burton que de Disney. En sus páginas arden pesadillas y sueños, vaticinios y leyendas de la mejor estirpe romántica. Cada cuerda contribuye a la interpretación de una melodía enigmática, de una partitura que nos abre las puertas al fondo de nosotros mismos: a los primeros besos, a la indefinición erótica o a la búsqueda de la identidad.
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Personas como yo
John Irwing
Tusquets, 2013
No se puede hablar de literatura contemporánea sin conocer a John Irving, y no se puede entender a John Irving sin haber digerido Personas como yo (Tusquets 2013). La decimocuarta novela del escritor norteamericano da luz a la bisexualidad con la sabiduría de alguien que es partícipe de todos los secretos de la narrativa después de décadas trampeándola, discutiendo con ella y conciliándose diariamente. Escrita con valentía y seguridad, En una sola persona esquiva el morbo fácil y aborda la intolerancia de las prácticas homosexuales y heterosexuales simultáneas. Y lo hace con una normalidad que, paradójicamente, la impulsa por encima del resto de obras de temática similar.
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