Santiago Pajares
Este es un libro sin un objetivo claro. Y como objetivo me refiero a que no hay un enigma que resolver, ni una chica (o chico) a la que enamorar, ni una misión que llevar a cabo. Es, como muchos otros libros de la literatura japonesa, la narración de un tiempo dado a un grupo de personas, contado con la ligereza de las cosas que son realmente importantes. Cuanto más me adentro en la literatura japonesa, más me encuentro este tipo de historias, narraciones del día a día muy bien narradas de una forma un tanto hetérea, como envueltas en una sutil bruma. Quizá al ser historias cotidianas todos nos podamos sentir un poco identificados, o quizá al contar cosas del otro lado del mundo nos pique la curiosidad sobre todos esos pequeños detalles que hacen interesantes el día a día. No sé bien qué es, pero con cada libro que leo, me gusta más.
Su autora, Hiromi Kawakami, se ha convertido en una de las escritoras más conocidas de Japón (y es que hay vida más allá de Murakami). Fue profesora de biología hasta que en 1994 apareció su primera colección de relatos, momento en que abandonó la enseñanza para escribir. Ha recibido muchos de los premios más prestigiosos de Japón por sus novelas y sus libros han comenzado a traducirse a todos los idiomas. De la forma japonesa, con pasitos cortos, sin hacer mucho ruido.
Pese al título, el libro narra la historia de Hitomi, una chica japonesa que trabaja en una tienda de artículos de segunda mano regentada por el señor Nakano, un japonés muy práctico con una cierta tendencia a dejarse enredar por las mujeres. Allí conoce a Takeo, un tímido chico por el que poco a poco comienza a sentirse atraída. ¿Pero cómo demostrar su afecto a alguien que no es capaz de demostrar un sentimiento siquiera de cercanía? Mientras los productos usados entran y salen de la tienda, Hitomi aceptará los consejos de la hermana de su jefe, una mujer liberada que trata de vivir su vida libremente y zafarse de la vigilancia de su hermano, muy crítico con ella pese a que su propia vida está llena de irregularidades. Este contexto nos ofrece una pequeña ventana para asomarnos a la tierna intimidad de estos personajes, todos un poco solitarios, todos un poco confundidos con la vida que les ha tocado vivir.
Los pasajes en los que Hitomi y Takeo tratan de acercarse, de comenzar una relación, de tocarse siquiera, son para mí lo mejor del libro. Expresan unas dudas y unos miedos que todos hemos tenido, describiendo lugares donde todos nosotros hemos luchado, con nuestros éxitos y nuestras derrotas.
Este es un libro para leer tranquilo, sentado en un sofá con una taza de té verde al lado. No pretende ser un bestseller devorador de páginas, sino uno de esos libros cuyas hojas pasas con cuidado para no herir a ningún personaje. Desde luego un libro para leer dos veces. Especial mención merece, como siempre, la cuidada edición de la editorial acantilado, que mima sus impresiones tanto como los textos que envuelven.
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