Victoria R. Gil
Después de vampiros, zombis y demás no-muertos, la literatura juvenil se adentra en la ciencia ficción agitando, que no batiendo, una mezcla de romanticismo y sociedades supuestamente ideales que da como resultado un curioso cóctel de amor y distopías. Con menos violencia que la saga de Los Juegos del Hambre, de Suzzane Collins, que abrió el camino hacia ese pluscuamperfecto futuro con protagonista adolescente, Ally Condie toma el relevo y compone una novela más intimista, en la que el impulso de rebelarse que late en este tipo de historias se cocina a fuego lento.
Los aficionados a la ciencia ficción encontrarán —y disfrutarán descubriéndolas— referencias a los grandes maestros del género. Aquí están las drogas para el inevitable control de la población de Un mundo feliz; la muerte por decreto a la edad más conveniente de La fuga de Logan; el odio por la palabra escrita de Farenheit 451, y una omnipresente y todopoderosa Sociedad tan orwelliana que decide desde qué comen y cómo se visten sus ciudadanos hasta con quién deben casarse.
Ally Condie inicia en Juntos la historia de Cassia Reyes, una joven que empieza a preguntarse si el mundo que conoce es realmente el mejor de los mundos posibles, como siempre ha creído y todos le han asegurado. Y digo inicia porque no sabremos en esta novela a qué respuestas llegará la protagonista, ya que éste es el primer libro de una trilogía, Matches, cuya segunda parte se publicará en Estados Unidos el próximo mes de noviembre con el título de Crossed. Habrá que esperar hasta entonces para desvelar algunas de las múltiples incógnitas que la autora deja sin resolver, ya que es previsible que todas no se despejen hasta finalizada la serie. ¿Elegirá Cassia la ternura o la pasión? ¿El riesgo o la seguridad? ¿La libertad o la obediencia? ¿Sabremos por qué la perfecta Sociedad se equivocó precisamente al seleccionar a su pareja ideal? ¿O acaso no se trata de un error y sí de un experimento, una prueba, un sabotaje…?
Lo ignoramos. Como lo ignora la propia Cassia, con quien asistimos, en el día de su 17 cumpleaños, a la que será la ceremonia más importante de su vida, el momento en que conocerá el nombre y el rostro de su príncipe azul, con el que habrá de compartir un futuro con fecha de caducidad. Contra todo pronóstico, el procedimiento que nunca falla esta vez lo hace y la equivocación —¿Involuntaria? ¿Intencionada? ¿Manipuladora?— es la espoleta que inicia una reacción en cadena en la conciencia de Cassia.
Con una reflexiva morosidad que sorprende en este tipo de narraciones, más hechas a la premura y la ligereza, la autora muestra la evolución que conduce a la protagonista a replantearse todo lo que hasta entonces había tenido por una verdad incuestionable. Un poema, tan clandestino como evocador, será el primer paso hacia la rebeldía que está por llegar. Pero no será hasta las próximas entregas cuando los millones de lectores que ha cosechado esta saga en todo el mundo descubran el camino que finalmente tomará la joven.
Ally Condie, una ex profesora estadounidense de educación secundaria, ha conseguido un éxito inmediato con esta trilogía por cuyos derechos de edición pujaron siete grandes editoriales norteamericanas, que se ha publicado hasta ahora en más de treinta países y cuyo guión ya se está escribiendo para que Disney lo lleve a la gran pantalla.
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