Prol. Luis Alberto de Cuenca. Menoscuarto, Palencia, 2011. 128 pp. 13 €
Marta Zafrilla
No es difícil encontrar frescura en la literatura actual; la originalidad verdadera, sin embargo, es menos frecuentada. Manuel Moyano ha demostrado publicación tras publicación no sólo sorprender a sus lectores desde argumentos frescos y trabajados, ha sabido dar al público solo la calidad que busca el más escrupuloso lector. Un título de Manuel Moyano nunca defrauda. Un título de Manuel Moyano siempre sorprende. Porque como narrador es ante todo un antropólogo de la realidad, explora la rutina y se zambulle en lo insospechado del día a día. Es capaz de dar brillo al más aburrido silencio y volver patas arriba la rutina más anodina despertando al lector de su mirada cansada y abriéndole los ojos ante el desconcierto que procura siempre la sorpresa de las cosas conocidas.
No piense quien lea estas líneas que el autor que nos concierne aquí se deja llevar por la mera historia que se apodera de su imaginación, nunca es simplemente así en sus páginas. Los fondos de los relatos breves que componen Teatro de ceniza se fundamentan en el buen contenido, sí, pero aparecen revestidos con la mayor de las precisiones lingüísticas. Quien relea cada microcuento de los aquí recogidos encontrará que cada palabra resulta inmejorable, que nunca parece sobrar ni faltar ni una línea, que la historia se ha condensado hasta resultar idónea en su forma y que la prosa gana eficacia siempre a través de los mejores caminos. Y fíjense que hablo de releer porque será sin duda la primera lectura una lectura rápida, presa del hambre de sus palabras y con velocidad de bestseller. Es tan sencillo engancharse a estas páginas que conviene volver a sus historias para detenerse con delicia en cada recoveco de sus letras.
Si es usted fiel seguidor del microrrelato encontrará en Teatro de ceniza piezas antológicas; si no se considera apasionado del género, bucee en estas páginas sin miedo, pues contiene poesía, intensos argumentos y sobre todo buena literatura. Bucee, bucee sin miedo, pero ojo que el agua moja y esta lectura cambia la mirada de sus lectores.
Marta Zafrilla
No es difícil encontrar frescura en la literatura actual; la originalidad verdadera, sin embargo, es menos frecuentada. Manuel Moyano ha demostrado publicación tras publicación no sólo sorprender a sus lectores desde argumentos frescos y trabajados, ha sabido dar al público solo la calidad que busca el más escrupuloso lector. Un título de Manuel Moyano nunca defrauda. Un título de Manuel Moyano siempre sorprende. Porque como narrador es ante todo un antropólogo de la realidad, explora la rutina y se zambulle en lo insospechado del día a día. Es capaz de dar brillo al más aburrido silencio y volver patas arriba la rutina más anodina despertando al lector de su mirada cansada y abriéndole los ojos ante el desconcierto que procura siempre la sorpresa de las cosas conocidas.
No piense quien lea estas líneas que el autor que nos concierne aquí se deja llevar por la mera historia que se apodera de su imaginación, nunca es simplemente así en sus páginas. Los fondos de los relatos breves que componen Teatro de ceniza se fundamentan en el buen contenido, sí, pero aparecen revestidos con la mayor de las precisiones lingüísticas. Quien relea cada microcuento de los aquí recogidos encontrará que cada palabra resulta inmejorable, que nunca parece sobrar ni faltar ni una línea, que la historia se ha condensado hasta resultar idónea en su forma y que la prosa gana eficacia siempre a través de los mejores caminos. Y fíjense que hablo de releer porque será sin duda la primera lectura una lectura rápida, presa del hambre de sus palabras y con velocidad de bestseller. Es tan sencillo engancharse a estas páginas que conviene volver a sus historias para detenerse con delicia en cada recoveco de sus letras.
Si es usted fiel seguidor del microrrelato encontrará en Teatro de ceniza piezas antológicas; si no se considera apasionado del género, bucee en estas páginas sin miedo, pues contiene poesía, intensos argumentos y sobre todo buena literatura. Bucee, bucee sin miedo, pero ojo que el agua moja y esta lectura cambia la mirada de sus lectores.
1 comentario:
Un monstruo sagrado para mí. Me leo todos sus libros con auténtica veneración. Admirable.
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