Berenice, Córdoba, 2007. 72 pp. 12 €
Amadeo Cobas
He aquí una breve aunque intensa recopilación de siete relatos cortos firmados por el mexicano Fernando de León. ¿Qué tienen en común? El cuerpo humano, desplegado en las variantes que uno pueda figurarse. Y más, muchísimo más.
Nuestras peores pesadillas nos acosan, perturban nuestro sueño, nos revolvemos entre las sábanas plenos de inquietud. Pero por muy mala noche que nos hagan sufrir, nada es comparable con la consumación de aquello que anuncian en ese vuelo onírico que parece no tener fin. Si se hace realidad la pesadilla, si cobra vida, nos pasará como a los médicos que, llevados por su búsqueda de investigación, amparados por la necesidad de avanzar en el conocimiento, se ven impelidos a hurgar en lo desconocido... para toparse de frente con su mayor error. Hay dos cuentos que hacen hincapié especialmente en el terrible descubrimiento que efectúan, en pro de la ciencia, de forma muy distinta, pero con resultado similar.
La anatomía siempre ha sido una asignatura especial para el ser humano. Al fin, habita en nosotros, somos nosotros los que le damos forma. Pero aquí se nos muestra en una visión novedosa, distinta y original.
Estos relatos destilan humor, a veces macabro, burlándose de la propia muerte. Y hay una gradación justa de la tensión, con una ilación narrativa que lleva al lector en una travesía apacible, donde en absoluto se presagia la catástrofe. Que nadie se confíe. En el mar de estos relatos soplan vientos que auguran venideras tormentas.
No todo es exactamente como parece. Las cenizas del abuelo, las tribulaciones de ese otro hombre muerto (el más corto de los relatos y, posiblemente, el que más impacto causa), lo que se puede hacer al amparo de la bruma, De León reserva al lector más de una sorpresa. Y las lleva a cabo con una escritura limpia, con claridad expositiva e imaginación a raudales. El poso que dejan estos relatos es largo en el paladar de la memoria.
Finaliza el compendio con el relato que da título a la obra en su conjunto, y que es un experimento anatómico-arquitectónico, poblado de sueños y elucubraciones, deshaciendo la linealidad que ha presidido el resto de la colección. Es una ruptura de la simetría del libro que gustará. O no. Las tendencias arquitectónicas también oscilan entre las vertientes que aman la simetría a ultranza y las corrientes que propugnan lo disímil. Para gustos.
Tiene este joven escritor talento y saber hacer, y ha sido varias veces premiado en su país. Ha tenido buen ojo la editorial Berenice al fichar a alguien cuyo porvenir es halagüeño, de seguir en esta línea. Deseamos que no se le tuerza el renglón.
Amadeo Cobas
He aquí una breve aunque intensa recopilación de siete relatos cortos firmados por el mexicano Fernando de León. ¿Qué tienen en común? El cuerpo humano, desplegado en las variantes que uno pueda figurarse. Y más, muchísimo más.
Nuestras peores pesadillas nos acosan, perturban nuestro sueño, nos revolvemos entre las sábanas plenos de inquietud. Pero por muy mala noche que nos hagan sufrir, nada es comparable con la consumación de aquello que anuncian en ese vuelo onírico que parece no tener fin. Si se hace realidad la pesadilla, si cobra vida, nos pasará como a los médicos que, llevados por su búsqueda de investigación, amparados por la necesidad de avanzar en el conocimiento, se ven impelidos a hurgar en lo desconocido... para toparse de frente con su mayor error. Hay dos cuentos que hacen hincapié especialmente en el terrible descubrimiento que efectúan, en pro de la ciencia, de forma muy distinta, pero con resultado similar.
La anatomía siempre ha sido una asignatura especial para el ser humano. Al fin, habita en nosotros, somos nosotros los que le damos forma. Pero aquí se nos muestra en una visión novedosa, distinta y original.
Estos relatos destilan humor, a veces macabro, burlándose de la propia muerte. Y hay una gradación justa de la tensión, con una ilación narrativa que lleva al lector en una travesía apacible, donde en absoluto se presagia la catástrofe. Que nadie se confíe. En el mar de estos relatos soplan vientos que auguran venideras tormentas.
No todo es exactamente como parece. Las cenizas del abuelo, las tribulaciones de ese otro hombre muerto (el más corto de los relatos y, posiblemente, el que más impacto causa), lo que se puede hacer al amparo de la bruma, De León reserva al lector más de una sorpresa. Y las lleva a cabo con una escritura limpia, con claridad expositiva e imaginación a raudales. El poso que dejan estos relatos es largo en el paladar de la memoria.
Finaliza el compendio con el relato que da título a la obra en su conjunto, y que es un experimento anatómico-arquitectónico, poblado de sueños y elucubraciones, deshaciendo la linealidad que ha presidido el resto de la colección. Es una ruptura de la simetría del libro que gustará. O no. Las tendencias arquitectónicas también oscilan entre las vertientes que aman la simetría a ultranza y las corrientes que propugnan lo disímil. Para gustos.
Tiene este joven escritor talento y saber hacer, y ha sido varias veces premiado en su país. Ha tenido buen ojo la editorial Berenice al fichar a alguien cuyo porvenir es halagüeño, de seguir en esta línea. Deseamos que no se le tuerza el renglón.
1 comentario:
Saludos, buen escritor, buen tip. Gracias
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