Ricardo Martínez
He aquí un magnífico ejemplo de prosa dúctil, clara, intencionada en el mejor sentido de la procura de la significación. Una prosa que ha dado algunos de los mejores cuentos escritos en España (pues Medardo Fraile, el autor, dentro de su condición rica de escritor ha dejado hasta ahora ejemplo de cuentos excepcionales dentro de la literatura española) y que ahora se nos presenta con esta gavilla de crónicas de lo cotidiano, de anécdotas de lo más variopinto pero "literaturizadas" para mayor disfrute del lector. Lo bien hecho bien se entiende.
El conjunto del libro lo forman pequeñas historias, cada una en una página, que van desde ‘Ocurrencias’, donde aparece ‘Mi amigo el de las teorías’ hasta "Navidad", donde se nos recuerda que «lo peor que le puede pasar a una fiesta grande es que no la sintamos (no recordemos, sino sintamos) todos los días como fiesta». Van desde "Frases", donde rememora a Galdós y su burla amarga de frase tan española como "Qué le vamos a hacer. ¡Las circunstancias!" hasta alusiones, muy precisas, acerca del autor y (en) su obra: Canetti, Augusto Monterroso.
El germen de estos textos está en la colaboración regular que el autor mantuvo durante años en el suplemento cultural del periódico "Córdoba" y quetodavía aparece bajo el rótulo de "Cuadernos del Sur". Donde, por cierto, sigue, afortunadamente, colaborando, si bien no con la misma regularidad y en distintos formatos.
El lector, aquí, tendrá pues la doble oportunidad de conocer de primera mano aquilatadas reflexiones acerca de lo vivencial (de todo lo cotidiano, toda la curiosidad de que pueda hacer gala un hombre inteligente) y del gozo de una prosa limpia y sencilla como agua renovadora, gratificante como pocas de las que podamos disfrutar en estos tiempos aciagos de lamento y bullicio.
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