Trad. José Ramón Monreal. Acantilado, Barcelona, 2009. 800 pp. 35 €
Martí Sales
¡Qué obra! Casi ochocientas páginas de puro placer lector divididas en seis decamerones y treinta cuatro historias desopilantes, estremecedoras, sicalípticas, desconcertantes y didácticas a la vez; un tour de force de uno de los autores de vida y hechos más extravagantes de la historia de las letras europeas, el conde polonés Jan Potocki (1761-1815), viajero empedernido, militar, escritor, intelectual y, finalmente, suicida (se dio muerte con una bala de plata que él mismo pulió durante los últimos meses de su vida); un libro en dos versiones, una más deslavazada y subida de tono, la de 1804, y otra más trabajada, estructurada, completa, la que nos ocupa, la de 1810; una obra maestra de la literatura universal: El Manuscrito encontrado en Zaragoza.
Alfonso van Worden, oficial de la guardia valona, se dirige a Madrid para ponerse al servio del rey de España y en el camino a la capital, cruzando Sierra Morena, su periplo se atrabancará y agrandará en sesenta y un días que resultarán, para el joven militar, la lección de una vida. En este lapso de tiempo le pasarán y contarán todas las aventuras habidas y por haber, retos a la imaginación y viajes a los límites de lo posible, de mano de cabalistas, demonios en posadas encantadas, geómetras, gitanas bellísimas, jeques amos de maravillosos reinos subterráneos, muertos vivientes, poseídos y ermitaños. El género fantástico en todo su esplendor explorando los clarobscuros de la Ilustración. Porque en El Manuscrito encontrado en Zaragoza todo se pone en duda: la ética (cuando uno tropieza con la belleza de la carne, hasta las más altas torres caen), la religión (conoceremos judíos, musulmanes y cristianos y ninguno logrará hacer prevalecer su doctrina por encima de la de los demás), sus convicciones (en el caso de Alfonso, el pilar de su vida, que es un pundonor pasado de vueltas, se verá fuertemente cuestionado un montón de veces), su percepción de la realidad (¿existen fuerzas sobrenaturales?) y la posibilitad de conocer o aprehender la realidad (¿sabré con certeza algún día que es lo que sucede en el mundo?).
¿Todo se le pondrá en duda para formarle o para despistarle, aniquilarle? Eso sólo lo sabremos al final de este extraordinario libro que no se puede dejar de leer ni un solo instante, que es una recopilación de cuentos y leyendas y aventuras sólo comparable a las mil y una noches o a sagas hindúes como el Mahabharata. Un libro sapiencial con todo lo bueno de aprender con la boca abierta, es decir, como los niños pequeños que, sin saberlo, sin esfuerzo y con muchísima diversión, de todo sacan jugo y formación.
Martí Sales
¡Qué obra! Casi ochocientas páginas de puro placer lector divididas en seis decamerones y treinta cuatro historias desopilantes, estremecedoras, sicalípticas, desconcertantes y didácticas a la vez; un tour de force de uno de los autores de vida y hechos más extravagantes de la historia de las letras europeas, el conde polonés Jan Potocki (1761-1815), viajero empedernido, militar, escritor, intelectual y, finalmente, suicida (se dio muerte con una bala de plata que él mismo pulió durante los últimos meses de su vida); un libro en dos versiones, una más deslavazada y subida de tono, la de 1804, y otra más trabajada, estructurada, completa, la que nos ocupa, la de 1810; una obra maestra de la literatura universal: El Manuscrito encontrado en Zaragoza.
Alfonso van Worden, oficial de la guardia valona, se dirige a Madrid para ponerse al servio del rey de España y en el camino a la capital, cruzando Sierra Morena, su periplo se atrabancará y agrandará en sesenta y un días que resultarán, para el joven militar, la lección de una vida. En este lapso de tiempo le pasarán y contarán todas las aventuras habidas y por haber, retos a la imaginación y viajes a los límites de lo posible, de mano de cabalistas, demonios en posadas encantadas, geómetras, gitanas bellísimas, jeques amos de maravillosos reinos subterráneos, muertos vivientes, poseídos y ermitaños. El género fantástico en todo su esplendor explorando los clarobscuros de la Ilustración. Porque en El Manuscrito encontrado en Zaragoza todo se pone en duda: la ética (cuando uno tropieza con la belleza de la carne, hasta las más altas torres caen), la religión (conoceremos judíos, musulmanes y cristianos y ninguno logrará hacer prevalecer su doctrina por encima de la de los demás), sus convicciones (en el caso de Alfonso, el pilar de su vida, que es un pundonor pasado de vueltas, se verá fuertemente cuestionado un montón de veces), su percepción de la realidad (¿existen fuerzas sobrenaturales?) y la posibilitad de conocer o aprehender la realidad (¿sabré con certeza algún día que es lo que sucede en el mundo?).
¿Todo se le pondrá en duda para formarle o para despistarle, aniquilarle? Eso sólo lo sabremos al final de este extraordinario libro que no se puede dejar de leer ni un solo instante, que es una recopilación de cuentos y leyendas y aventuras sólo comparable a las mil y una noches o a sagas hindúes como el Mahabharata. Un libro sapiencial con todo lo bueno de aprender con la boca abierta, es decir, como los niños pequeños que, sin saberlo, sin esfuerzo y con muchísima diversión, de todo sacan jugo y formación.
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