Pref. Catherine Chalier. Premio Nacional de Ensayo 2009. Errata Naturae, Madrid, 2008. 228 pp. 15.90 €
José Manuel de la Huerga
Reflexionar sobre cómo se nos ha contado el cuento de nuestra civilización y proponer otra forma posible de contarlo, desde los ojos de los perdedores, se llamen judíos expulsados de Sepharad o de Alemania, amerindios exterminados a la llegada de los conquistadores (y después), o hispanohablantes que se proponen hacer filosofía, más allá de la Ilustración y de Hegel, rompiendo los convencionalismos del pensamiento único triunfador: ese ha sido el intento (y la consecución) de este ensayo de Reyes Mate, denso y dinámico, en diez momentos concatenados.
Es posible encontrar el eje vertebrador que conduzca una cierta pluralidad de pensamientos desde el discurso de los desaparecidos, los humillados de la historia, los ignorados a los que Hegel llamó florecillas del camino que a veces era necesario pisar para que el progreso avanzara.
Para provocar un punto de inflexión entre ese progreso galopante y la historia triunfal que lo refuta, Reyes Mate se vale de la voz de los filósofos judíos del Nuevo Pensamiento, Walter Benjamin, especialmente. Es deber moral de las conciencias políticas occidentales arrastrar al presente la memoria desvalijada del pasado de los vencidos, hacerla justicia para que un nuevo tiempo de redención, de Mesianismo construya otro discurso en política.
Los territorios morales y éticos por donde circula el filósofo español son para mí sorprendentes y turbadores. Alguien de formación religiosa que haya abandonado la religión de sus padres, puede encontrarse incómodo en una lectura donde se revisa el léxico judeo-cristiano a la luz de una nueva conciencia moral y política. De esa incomodidad que avanza con cautela por el velado territorio entre razón y sentimiento, filosofía y teología, nace una propuesta de examinar la realidad: la relación con el pasado atragantado de la historia, la voluntad de no volver a repetir los mismos errores, de no condenarnos a repetir la misma historia, en palabras de George Santayana.
Reyes Mate se sitúa en un lugar privilegiado del paisaje español. A un lado Latinoamérica, sus generosas relaciones con los filósofos españoles del exilio, los mexicanos que los acogieron, el deseo de todo la comunidad hispana de filósofos de encontrar un voz propia en español, capaz de repensar el mundo más allá de la razón ilustrada, el progreso y las doctrinas irracionalistas. Y ahí está el logro de la EIAF, la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. O la lectura de una construcción distinta del mundo a través de la Biblia fundacional de América Latina, Cien años de soledad.
A otro lado los judíos. España y los judíos. El pensamiento judío de la primera mitad del siglo XX alumbrando zonas oscuras y muy peligrosas de la historia. Kafka dibuja un hombre perdido, derrotado, fragmentado. Hillesum pretende salvar lo que de divino queda en el aberrante hombre de los campos de exterminio. Benjamin, hijo del materialismo histórico, da a luz una de las teorías del conocimiento más provocadoras. Entender, asimilar, no repetir la barbarie desde una universalidad negativa, como el negativo de la fotografía de los vencedores, el otro lado, lo que no se ve, pero está. El negativo de la foto resalta lo que se ha perdido y ahí el presente lo puede recuperar para hacerle justicia, con su memoria. La memoria privada hecha común puede reconducir la historia de los vencedores, teniendo en cuenta a los vencidos, rehabilitándolos y asumiendo su mirada moral sobre el mundo, mirada sin la cual ningún hombre está completo.
Y el tercer valle al que nos asoma es fronterizo de los anteriores: las relaciones entre religión y política, en la actualidad. De nuevo a la luz de filósofos alemanes y judíos: ¿mantener los logros sociales alcanzados o acelerar el final de la historia hacia otro mundo posible? Ahí aparece la figura señera de Pablo de Tarso, el catalizador del judaísmo hacia la Europa del logos griego.
Ahora que empieza a pesar el fracaso de figuras como el Estado del bienestar, el nacionalismo y las distintas formas gruesas de la Universalidad de Pensamiento único, ¿habrá salida?
José Manuel de la Huerga
Reflexionar sobre cómo se nos ha contado el cuento de nuestra civilización y proponer otra forma posible de contarlo, desde los ojos de los perdedores, se llamen judíos expulsados de Sepharad o de Alemania, amerindios exterminados a la llegada de los conquistadores (y después), o hispanohablantes que se proponen hacer filosofía, más allá de la Ilustración y de Hegel, rompiendo los convencionalismos del pensamiento único triunfador: ese ha sido el intento (y la consecución) de este ensayo de Reyes Mate, denso y dinámico, en diez momentos concatenados.
Es posible encontrar el eje vertebrador que conduzca una cierta pluralidad de pensamientos desde el discurso de los desaparecidos, los humillados de la historia, los ignorados a los que Hegel llamó florecillas del camino que a veces era necesario pisar para que el progreso avanzara.
Para provocar un punto de inflexión entre ese progreso galopante y la historia triunfal que lo refuta, Reyes Mate se vale de la voz de los filósofos judíos del Nuevo Pensamiento, Walter Benjamin, especialmente. Es deber moral de las conciencias políticas occidentales arrastrar al presente la memoria desvalijada del pasado de los vencidos, hacerla justicia para que un nuevo tiempo de redención, de Mesianismo construya otro discurso en política.
Los territorios morales y éticos por donde circula el filósofo español son para mí sorprendentes y turbadores. Alguien de formación religiosa que haya abandonado la religión de sus padres, puede encontrarse incómodo en una lectura donde se revisa el léxico judeo-cristiano a la luz de una nueva conciencia moral y política. De esa incomodidad que avanza con cautela por el velado territorio entre razón y sentimiento, filosofía y teología, nace una propuesta de examinar la realidad: la relación con el pasado atragantado de la historia, la voluntad de no volver a repetir los mismos errores, de no condenarnos a repetir la misma historia, en palabras de George Santayana.
Reyes Mate se sitúa en un lugar privilegiado del paisaje español. A un lado Latinoamérica, sus generosas relaciones con los filósofos españoles del exilio, los mexicanos que los acogieron, el deseo de todo la comunidad hispana de filósofos de encontrar un voz propia en español, capaz de repensar el mundo más allá de la razón ilustrada, el progreso y las doctrinas irracionalistas. Y ahí está el logro de la EIAF, la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. O la lectura de una construcción distinta del mundo a través de la Biblia fundacional de América Latina, Cien años de soledad.
A otro lado los judíos. España y los judíos. El pensamiento judío de la primera mitad del siglo XX alumbrando zonas oscuras y muy peligrosas de la historia. Kafka dibuja un hombre perdido, derrotado, fragmentado. Hillesum pretende salvar lo que de divino queda en el aberrante hombre de los campos de exterminio. Benjamin, hijo del materialismo histórico, da a luz una de las teorías del conocimiento más provocadoras. Entender, asimilar, no repetir la barbarie desde una universalidad negativa, como el negativo de la fotografía de los vencedores, el otro lado, lo que no se ve, pero está. El negativo de la foto resalta lo que se ha perdido y ahí el presente lo puede recuperar para hacerle justicia, con su memoria. La memoria privada hecha común puede reconducir la historia de los vencedores, teniendo en cuenta a los vencidos, rehabilitándolos y asumiendo su mirada moral sobre el mundo, mirada sin la cual ningún hombre está completo.
Y el tercer valle al que nos asoma es fronterizo de los anteriores: las relaciones entre religión y política, en la actualidad. De nuevo a la luz de filósofos alemanes y judíos: ¿mantener los logros sociales alcanzados o acelerar el final de la historia hacia otro mundo posible? Ahí aparece la figura señera de Pablo de Tarso, el catalizador del judaísmo hacia la Europa del logos griego.
Ahora que empieza a pesar el fracaso de figuras como el Estado del bienestar, el nacionalismo y las distintas formas gruesas de la Universalidad de Pensamiento único, ¿habrá salida?
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