lunes, diciembre 21, 2015

Amar tanta belleza, Herminia Luque


Premio Málaga de Novela 2015. Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2015. 272 pp. 19,00 €


Pedro M. Domene


María de Zayas y Ana Caro de Mallén, dos escritoras secretas del Siglo de Oro español, protagonizan Amar tanta belleza, un texto que conseguía el Premio Málaga de Novela, 2015. Herminia Luque (Granada, 1964) reconstruye la época, y conforma el retrato de unos personajes que ejemplifican una valiente actitud tanto por su carácter como por el papel jugado por estas mujeres en la historia de la literatura, confinadas por su condición y papel en su sociedad a un olvido injusto hasta que en la ficción, y bastantes años después, se reconocieran sus méritos, tanto literarios como humanos.
Ana es una jovencísima dama, sobrina de Rodrigo Caro, que se traslada desde su Sevilla natal a la corte en busca de una mejor proyección para su obra; una vez en Madrid, y después de alguna peligrosa circunstancia y otras calamidades, es acogida por doña María de Zayas, gran aficionada a las letras y con quien descubre un mundillo literario que conoce bien su mentora, además de enseñarle costumbres y acompañarla a festividades donde poner a prueba su arte. Para infundir algo de intriga y cierta tensión narrativa, poco después unos anónimos acusan a ambas mujeres de ser amantes sin que se sepa su procedencia. En una no menos interesante segunda parte, algunos años después, María de Zayas se convierte en la narradora que revela el profundo amor que sentía la dama por la joven Ana y le lleva desvelar algunas circunstancias con turbios sucesos que finalmente encuentran su explicación en un apasionante y vertiginoso final.
Herminia Luque ha conseguido interesar al lector con una historia intrascendente, relatando algún enigmático episodio en la vida de estas dos singulares mujeres, además de facilitar un texto con una prosa que remeda el castellano del XVII y que por arte y obra de su autora convierte la historia en una amena traducción adaptada con un lenguaje cercano y actual, y dota a la narración de una agilidad y un ritmo para que el lector disfrute con cada una de sus páginas. La ambientación, las pormenorizadas descripciones, los diálogos, tan inteligentes como sagaces de ambas mujeres, y cuando desvía su atención al resto de personajes, o incluso los textos de tratamiento rigurosamente técnico, caso del testamento de doña María, así como esas otras pequeñas historias que se asoman con conjunto, convierten en su totalidad a Amar tanta belleza en un hermoso tributo al difícil papel que representaba la figura femenina, y el escaso valor desempeñado con sus actitudes literarias en la sociedad del Siglo de Oro.
Herminia Luque persiste en su empeño por reivindicar el papel de lo femenino a lo largo del complejo proceso de los tiempos, y aun en la actualidad, un propósito del que había salido bien parada en su anterior conjunto de nouvelles, Al sur de la nada (2013), y que en los meses venideros nos devolverá el interés con un ensayo próximo a publicarse que la granadina ha titulado, Siempre guapa. El imperativo estético en la sociedad contemporánea.

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