Pedro Pujante
No se pueden comprender la obra y la vida (quizá son lo mismo) de Julio Cortázar si se obvia París, la ciudad-mandala en la que vivió casi toda su vida, en la que pergeñó la gran parte de su producción literaria y en la que transcurren un importante número de acontecimientos reales e imaginarios, vividos e imaginados.
Izara Batres (Madrid, 1982), la autora de este magnífico ensayo es una especie de políglota de los géneros narrativos; habla con soltura los lenguajes de la poesía y de la narrativa. Constan en su haber dos poemarios y un excelente libro de relatos, Confesiones al psicoanalista; mientras escribo estas notas también ve la luz su última obra, la novela ENC o El sueño del pez luciérnaga.
Pero volvamos a Cortázar y París: último round. Este extenso y bien documentado trabajo se adentra y explora la relación de Julio Cortázar con París a través de sus más conocidas obras: El perseguidor, Rayuela, 62 Modelo para armar; y profundiza en la pieza que ocupa el grueso del volumen, quizá la menos conocida y estudiada, pero con diferencia, junto a La vuelta al día en ochenta mundos, la más heterogénea: Último round.
Batres con una prosa diáfana y magnética, mucha documentación y con un pensamiento agudo y grandes dosis de intuición y amor por la obra cortazariana nos regala este hermoso tomo en el que los apasionados de Cortázar podrán hallar muchas claves para ahondar en su lectura, para resolver muchos de los enigmas que sus libros plantean, y así, poder disfrutar más si cabe de la obra del genial autor argentino.
A pesar de que opino que los libros deben bastarse por sí mismo, es bien cierto que un cuerpo teórico de gran calado –este es el caso, sin duda- nos ayuda a ser conscientes de la profundidad de algunas obras literarias, nos complementan e iluminan su lectura, y nos alienta a emprender otros senderos paralelos que soportan y diversifican nuestra mirada crítica. Pero además, la llaneza, el lenguaje claro, ameno y de intensidad mesurada que consigue esbozar Batres a lo largo de cada uno de los capítulos que componen Cortázar y París… hace que ya en sí solo sea un disfrute para los amantes de la literatura de calidad.
En los primeros capítulos, podrá el lector adentrarse por los misteriosos laberintos parisinos, que Cortázar dibujó en sus más conocidas obras narrativas. Desde una perspectiva literaria, filosófica y sociológica, Batres nos permite vislumbrar esas coordenadas que sustentan el París cortazariano, los ejes mágicos, telúricos que motivan los avatares de sus personajes ficcionales.
Último round, uno de los libros almanaque de Cortázar, obra heterogénea que se sustenta en «el esquema heteróclito de la miscelánea: pequeños relatos, fotografías, recortes de prensa…» es una de las piezas claves para entender esa naturaleza rebelde y policromática de Julio Cortázar, ese posicionamiento de lucha constante contra lo prestablecido que siempre manifestó el argentino en el terreno estético-literario. Que si bien es cierto que Rayuela representa como ningún otro libro su carácter contracultural, en cuanto a la novelística se refiere, Último round, libro poco estudiado por los críticos, supone el culmen de la riqueza y el eclecticismo cortazarianos. Y Batres lo desmenuza con ojo clínico, ofreciendo una óptica renovadora, regalándonos otra lectura posible.
Una reseña jamás hace justicia a un gran libro. Muchos asuntos no han cabido en estas modestas líneas. Porque la profundidad, complejidad y variedad de temas que Cortázar y París… aborda van más allá de estas notas apresuradas. No obstante, cabe decir que este tomo es imprescindible para los seguidores de Cortázar, para aproximarse a él y a su infinita obra.
Finalizo esta reseña el año centenario de su nacimiento. Sirvan pues estas palabras como homenaje a Cortázar, posiblemente el mejor escritor de cuentos del mundo.
1 comentario:
La aproximación al mandala es soberbia, impresionante.
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