Trad. Marina Bornas Montaña.
Acantilado, Barcelona, 2015. 176 pp. 18 €
Santiago Pajares
No sé bien qué lleva a una profesora de biología a escribir novela, como es el caso de Hiromi Kawakami. Quizá, habituada a estudiar a los seres vivos decidiera dar el salto a los más complejos emocionalmente, los seres humanos. Lo que sí sé es que bajo el microscopio que son sus novelas, podemos ver todas las fibras de sus personajes, sus motivaciones y dudas. Y es que a lo mejor, para ella todos seamos lo mismo. Descubrí a Hiromi Kawakami con El señor Nakano y las mujeres (Acantilado, 2012) y desde entonces he leído casi todas sus novelas, como al parecer el resto de los japoneses, que la han convertido en una de las escritoras más leídas. Es bueno saber que hay vida más allá de Murakami.
De todas sus novelas Vidas frágiles, noches oscuras es la que más se centra en las relaciones sentimentales, que ocupan la totalidad del libro. Escrita en tercera persona, cada uno de los capítulos esta contado desde el punto de vista de uno de los personajes, que verá a los otros desde su personal perspectiva. Así el libro se acabará convirtiendo en un pequeño juego de ventanas desde donde poder atisbar vidas ajenas: La vida de Lili. La de Yukio. La de Haruna. La de Akira. La de Satoru. Las nuestras.
Lili está casada con Yukio. Yukio tiene una amante, Haruna. Haruna tiene otro amante, Satoru. Lili conoce a Akira en el parque y tras un breve encuentro comienzan a verse de forma regular. Akira resulta hermano de Satoru. Y lo que podría parecer un pentágono amoroso resulta una detallada lista de arquetipos de relaciones sentimentales, cada uno de ellos con sus problemas y virtudes, ninguno de ellos carente de tristeza y momentos de felicidad. Todas ellos, bajo el pincel de Hiromi Kawakami, resultan nítidos, perfilados y a la vez etéreos, flotando en un mundo lejano y al mismo tiempo tan reales como es Japón.
En este libro no existen relaciones perfectas y todos tratan de compensar de un modo u otro las faltas de sus propias y frágiles vidas. En las noches oscuras piensan qué podría ir mejor, cómo alcanzar esa alegría que su día a día les niega. Hablar de este libro, su historia y los personajes es hablar también de Japón, de la ya famosa dificultad para relacionarse sentimentalmente allá, ya que a la indecisión de sus personajes se une la dificultad que parece suponerles amar a la persona que te ama, como esa búsqueda de perfección acaba por arruinarlo todo. Una novela que hará las delicias de los aficionados a la literatura japonesa, donde se huye de las grandes aventuras y se centran en las cosas pequeñas, en los detalles que marcan una existencia. La de Lili. La de Yukio. La de Haruna. La de Akira. La de Satoru. La nuestra.
Como siempre, mención aparte la cuidada edición de la editorial Acantilado, que siempre cuida hasta los últimos detalles. Y es que Hiromi Kawakami no merece menos.
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