lunes, febrero 29, 2016

En el polvo de este planeta, Eugene Thacker


Materia Oscura, Madrid, 2015. 192 pp. 17 €

Pedro Pujante

De vez en cuando tenemos la suerte de hallar un libro curioso, perspicaz que consigue apasionarnos. A priori, el tema no podía ser más sugerente: un ensayo que analiza, desde distintas perspectivas, el horror de la filosofía. Y realmente su deliciosa lectura convoca una serie de reflexiones sobre la literatura, el terror y la filosofía de gran interés.
El autor, Eugene Thacker, es profesor universitario y sus estudios están centrados en la filosofía nihilista y pesimista. Cuando se preguntó a los creadores de la serie televisa True Detective, confesaron que esta obra que aquí comentamos fue una de sus influencias. Está el volumen armado mediante distintos ensayos, que van de la demonología al horror en la teología, pasando por la filosofía oculta. Estos apartados, a su vez contienen distintos capítulos. Comentaré algunos de ellos.
La música black metal y su posible relación con lo demoníaco, la imagen de lo satánico a través de la cultura, sobre todo a partir del siglo XIX, cuando se vuelve un concepto antirreligioso. La música black, elemento cultural que actúa como revulsivo en las conciencias aunque formulado de un modo más poético, estético en nuestro tiempo.
Satán y la filosofía oculta en nuestros días. Es curioso atender al desarrollo que la figura del demonio ha mostrado a lo largo de las épocas, desde su manifestación como un artefacto meramente religioso hasta erigirse como un fenómeno más del imaginario cultural de nuestra sociedad. A este respecto, señala Thacker el Infierno de Dante, y comenta su interés, no solo por la «amplia colección de demonios que habitan sus páginas, sino por la forma en la que cuidadosamente estratifica distintos tipos de ser y no-ser demoníaco.»
El autor, para analizar los aspectos antropológicos y culturales de la filosofía subyacente en el satanismo no dudará en convocar a filósofos como Schopenhauer, abanderado del ‘pesimismo cósmico’. El filósofo alemán llegó a escribir: «…lo que queda tras la total supresión de la voluntad es, para todos aquellos que están aún llenos de ella, nada.» Thacker, además, lo emparenta ideológicamente con Lovecraft, escritor oscuro que configuró su teoría literaria en un mundo que evoca el terror cósmico.
Es interesante este lúcido ensayo por las constantes relaciones que Thacker establece entre arte y filosofía, entre la literatura (de terror, sobre todo), el cine, la televisión y el pensamiento. Una de las cuestiones sobre las que el autor se interroga son los límites de la inteligibilidad. Qué somos capaces de percibir, qué hay más allá de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos. De hecho, al final, analizando una extinción total de la raza humana se cuestiona si no será esta una mera cuestión especulativa, ya que nadie quedaría para dar testimonio de la misma. Kant, nos explica, cree que por este motivo dicha idea es tan solo una presunción moral, basada en nuestra concepción antropomórfica de la realidad.
El capítulo que dedica a analizar la simbología del Círculo es bastante interesante, ya no tanto por el concepto filosófico en sí mismo, sino también por la utilización de obras literarias en las que se apoya para defender su tesis. Desde el Fausto de Marlowe, pasando por obras menos conocidas de Wheatley o Blish. Y otras más célebres de autores del terror y lo fantástico como Shield, Ballard o el ya mencionado Lovecraft.
El círculo mágico en la literatura es, para Thacker, una puerta, una «delimitación entre lo natural y lo sobrenatural.»
Analiza este concepto y su evolución, dejando de presentarse como tal para llegar a perder su fisionomía y disolverse, convertirse en una niebla o excreción, es decir, algo menos tangible y, quizá, más horrendo.
Los últimos capítulos son ensayos sobre la ecología –el Apocalipsis y los zombis de Romero ya muestran una visión del fin de la naturaleza- y la muerte, y el autor se pregunta si no será la vida la que nos provoca terror. De nuevo, trae a colación la figura de Lovecraft y de Dante, para hablarnos de los infiernos que ambos artistas proyectaron en sus obras.
En este ensayo, el amante de la especulación, del terror como una manifestación del pensamiento, encontrará un lugar de regocijo y descubrirá a un filósofo que conecta con nuestro imaginario cultural para arrojar luz sobre esos espacios de sombra en los que la literatura y el cine nos obliga a sumergirnos para horrorizarnos, es decir, comprendernos a nosotros mismos.

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