Miguel Baquero
El mundo del boxeo siempre ha sido muy atractivo para narrar grandes historias, sobre todo por ese trasfondo canalla que parece serle consustancial, ese ambiente de antiguos púgiles, hoy guardaespaldas de algún tipo de extraño vivir, de peleas amañadas, de apuestas fraudulentas, de combates clandestinos sin protección, de todo, en fin, un submundo lindante con lo delictivo en cuya estrecha frontera tantos buenos libros y aún mejores películas se han convertido en clásicos.
Este ambiente tan sugestivo, pero a la vez tan peligroso para un narrador por la cercanía del tópico, es el elegido por el argentino Arturo Seeber para su primer libro, una colección de diez relatos que, bajo el título Un paquete para el mánager, narra otras tantas historias protagonizadas por púgiles o aspirantes a serlo. Se trata de diez cuentos ambientados en Argentina, en los alrededores literarios del estadio Luna Park (el Madison Square Garden de Buenos Aires, donde, como en el cuadrilátero de Nueva York, tantas leyendas y tantos sonoros fracasos se fraguaron), y narrados con un agilísimo estilo donde todo el sabor y el tipismo del porteño-lunfardo, que el autor domina a la perfección, no dificulta sin embargo la lectura ni entorpece la naturalidad con que fluyen los relatos.
Por encima de dichas historias, sin embargo, este libro de relatos es el testimonio de la admiración del autor por el deporte de las doce cuerdas y la épica, la tragedia, la mitología que le acompaña. Apasionado del boxeo, como nos cuenta en la introducción al libro, desde los tiempos de su más temprana juventud, cuando asistió a algunos de los más célebres combates de la época y soñó con poder subirse al ring algún día, Arturo Seeber nos muestra cómo, durante mucho tiempo, el enfundarse en un albornoz y el calzarse unos guantes fue la única salida posible para quienes buscaban escapar de las villas miseria y, a fuerza de puñetazos, encontrarse con una vida mejor, con una vida al menos digna. Los diez cuentos de Un paquete para el mánager son sendas crónicas de huidas, sendos retratos de esperanzas que se van construyendo entrenamiento a entrenamiento pero que, finalmente, acaban truncadas, a veces de forma dramática, otras veces incluso ridícula, cuando llega el combate de verdad contra la vida y ésta acorrala inmisericorde al protagonista contra las cuerdas y se prepara para asestarle el uppercut definitivo. Un golpe que, en la espléndida prosa de Seeber, llega con la mayor contundencia (una frase corta, un adjetivo demoledor, a veces inserto de pronto en la acotación de un diálogo) y tira al protagonista contra la lona.
Aunque políticamente incorrecto en nuestros días, el boxeo siempre ha dado grandes páginas a la literatura, y las de estos cuentos de Arturo Seeber no desmerecen, desde luego, de ninguna de las mejores que se hayan podido escribir. Por eso, prejuicios deportivos aparte y ateniéndonos sólo a lo novelístico, Un paquete para un mánager no podrá dejar de agradar al lector gustoso de relatos clásicos resueltos con una rotunda pegada.
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