miércoles, septiembre 08, 2010

Cómo viajar sin ver, Andrés Neuman

Alfaguara, Madrid, 2010. 250 pp. 17,50 €

Pedro M. Domene

Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977), niño argentino, adolescente español y escritor granadino, sigue teniendo, bastantes años después de su estancia continuada en nuestro país, una voluntad latinoamericana que aprovecha para compartir y siempre cuando le es posible. Una gira de promoción del XII Premio Alfaguara de Novela, El viajero del siglo (2009), le llevó el pasado año por casi todas las capitales hispanoamericanas y el resultado, meses más tarde, es Cómo viajar sin ver (2010), o Latinoamérica en tránsito, como reza en el subtítulo de su último libro. Neuman es un maestro en las distancias cortas como ha demostrado en varias de sus colecciones de cuentos, y precisamente de abundantes anotaciones, fragmentos de diario, impresiones, o de esas notas de urgencia que posteriormente se trasladan a un blog para compartir impresiones, se compone este libro que, entre otras muchas cosas, no quiere ser una crónica de su gira americana, tanto es así que quedan fueran ruedas de prensa, entrevistas, presentaciones, que emborronarían una escritura incapaz de ofrecer aliciente alguno al más curioso lector. Leemos, por consiguiente, aquellos apuntes que Neuman incorpora como reflexiones personales, es decir, notas y aforismos escritos con esa habilidad que caracteriza al granadino-argentino para interesar a un posible lector que, como él, distingue lo particular de lo colectivo.
Neuman utiliza, más que nunca, la urgencia para transcribir sus impresiones, el estilo con que están escritas estas notas presupone una rapidez contagiosa al tiempo que uno las lee, somete, por consiguiente su sintaxis a una extremada precisión y a una medida calculada, solamente se siente tentado en prolongar sus textos cuando recrea paisajes e impresiones que denotan cierto lirismo, también cuantifica sobre esos aspectos de corte globalizado que, por añadidura, pueden leerse en cualquier parte del mundo: gripe A, la desaparición de Michael Jackson, el caso Yoani Sánchez, el golpe de estado en Honduras, junto a otros aspectos de carácter costumbrista que sirven de bitácora de curiosidad del escritor, giros y hablas dialectales y autóctonas, marcas de cerveza, estancias en hoteles y costumbres y usos de lo lugares que visita que, en ocasiones, junto a las preocupaciones sociales del escritor se tornan en motivo recurrente a lo largo de Cómo viajar sin ver.
Al margen de todo lo expuesto, el Neuman literato se exige una detallada voluntad por darle sentido a ese prolongado peregrinaje por tierras Latinoamericanas y, al mismo tiempo, ofrece sus impresiones sobre la diversidad de literatura, incluso el cine de los países que visita, algunos que otros breves apuntes sobre los autores consagrados y abundantes nombres de muchos de los desconocidos en España que pugnan por conseguir su lugar en mitad de una universalizada lengua española, partiendo de esa conciencia social de la que también participan muchos de los nombres citados por Neuman. Cómo viajar sin ver es, en realidad, un libro de viajes que hilvana una serie de acontecimientos vividos por el escritor y que, de alguna manera, le sirven de excusa para hablar de otras muchas cosas, quizá incluso de recuerdos con cierta nostalgia del pasado, de otras preocupaciones, o de algunos sentimientos que de otra forma no hubieran cobrado forma. Lo curioso de este libro, pensado fragmentariamente, es poder leer cómo son las cosas de allá o como son las cosas de acá, y así poder comprobar, cómo se interpretan las de aquí, sin duda allí, y cómo las de allí, se vislumbran aquí, y una vez leído, disipar, de una vez por todas, sutilezas que, más que alejarnos, nos acercan al menos en un lenguaje común.

2 comentarios:

Loli Pérez dijo...

Este Neuman tiene un estilo y una voz muy propia. Espero poder leerlo pronto.

Saludos
L;)

Más claro, agua dijo...

Fantástico libro. Yo también escribí una reseña sobre él en:

http://www.masquepalabras.info

;-)