Premio Internacional de Ilustración de la Fundación SM. SM, Madrid, 2008. 32 pp. 13,55 €
Ignacio Sanz
En algunos álbumes infantiles el texto desaparece y es entonces el lector el que ha de fabricar un discurso que de contenido lógico a las ilustraciones. Son por ello álbumes que invitan a una participación activa; en otros, el texto se adelgaza hasta quedarse en un leve soplo, en un minúsculo río de letras que exige una atención pormenorizada a las ilustraciones cargadas de intenciones múltiples; en cualquiera de los dos casos el dibujo se alza como protagonista indiscutido.
Y aquí comienza el camino de la sugestión. Cada ilustrador nos abre las puertas a su mundo, un mundo cada vez más personal, sin concesiones al convencionalismo, un mundo, es decir, un estilo que discurre por vericuetos alejados del amaneramiento ternurista que hasta hace unos años invadía el mercado bajo la influencia del algún santón norteamericano. Felizmente los artistas no sólo no renuncian a búsquedas muy personales, sino que las acentúan y se vuelven, como decía Picasso, pintores con alma de niños.
El niño perdido, es un álbum típicamente navideño. El niño al que alude el título es el niño Jesús. La primera ilustración nos presenta un niño colocando las piezas del belén; pero, entre las piezas, falta precisamente el Niño.
Entonces el niño que colocaba el belén sale a buscar al Niño Jesús ausente; lo busca en un lago sin agua, entre las casas en ruinas, entre los muros que cierran las puertas al campo, en definitiva entre la vida de tanta gente que sufre adversidades. El lector adulto sospecha que el Niño Jesús está siendo buscado en Palestina.
Los dibujos, casi todos a doble página, en tonos oscuros y presentando la realidad a vista de pájaros, son de una expresividad conmovedora y no dejarán indiferente a ningún tipo de lector por más que el recorrido termine pronto. Claro que los álbumes resultan en general inagotables y a una primera lectura puede seguir una segunda y una tercera, en la confianza de que siempre encontraremos un ángulo sorprendente que antes había pasado desapercibido.
Tássies ha conseguido con este Álbum el Premio Internacional de Ilustración de la Fundación SM, 2008. Con tal refrendo, a uno que es de por sí refranero, sólo le cabe sentenciar que algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Ignacio Sanz
En algunos álbumes infantiles el texto desaparece y es entonces el lector el que ha de fabricar un discurso que de contenido lógico a las ilustraciones. Son por ello álbumes que invitan a una participación activa; en otros, el texto se adelgaza hasta quedarse en un leve soplo, en un minúsculo río de letras que exige una atención pormenorizada a las ilustraciones cargadas de intenciones múltiples; en cualquiera de los dos casos el dibujo se alza como protagonista indiscutido.
Y aquí comienza el camino de la sugestión. Cada ilustrador nos abre las puertas a su mundo, un mundo cada vez más personal, sin concesiones al convencionalismo, un mundo, es decir, un estilo que discurre por vericuetos alejados del amaneramiento ternurista que hasta hace unos años invadía el mercado bajo la influencia del algún santón norteamericano. Felizmente los artistas no sólo no renuncian a búsquedas muy personales, sino que las acentúan y se vuelven, como decía Picasso, pintores con alma de niños.
El niño perdido, es un álbum típicamente navideño. El niño al que alude el título es el niño Jesús. La primera ilustración nos presenta un niño colocando las piezas del belén; pero, entre las piezas, falta precisamente el Niño.
Entonces el niño que colocaba el belén sale a buscar al Niño Jesús ausente; lo busca en un lago sin agua, entre las casas en ruinas, entre los muros que cierran las puertas al campo, en definitiva entre la vida de tanta gente que sufre adversidades. El lector adulto sospecha que el Niño Jesús está siendo buscado en Palestina.
Los dibujos, casi todos a doble página, en tonos oscuros y presentando la realidad a vista de pájaros, son de una expresividad conmovedora y no dejarán indiferente a ningún tipo de lector por más que el recorrido termine pronto. Claro que los álbumes resultan en general inagotables y a una primera lectura puede seguir una segunda y una tercera, en la confianza de que siempre encontraremos un ángulo sorprendente que antes había pasado desapercibido.
Tássies ha conseguido con este Álbum el Premio Internacional de Ilustración de la Fundación SM, 2008. Con tal refrendo, a uno que es de por sí refranero, sólo le cabe sentenciar que algo tendrá el agua cuando la bendicen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario