Carmen Fernández Etreros
Cada vez tenemos más claro que nuestro planeta está en peligro y por ello más libros infantiles y juveniles tratan de temas como la biodiversidad, la ecología, la educación ambiental... No sólo se trata de libros útiles para que los niños intenten mantener prácticas ecológicas en la vida cotidiana que ayuden a salvar el planeta en un futuro —como ideas para aprender a reciclar o consejos ecológicos— sino libros como en éste, que muestran un ejemplo práctico de uno de esos esfuerzos de algunas organizaciones por conservar el planeta.
Se trata del álbum ilustrado La historia del Rainbow Warrior, con el que su autora e ilustradora Rocío Martínez, logra un doble reto: el primero dar a conocer una página de la historia mundial y de la lucha por el planeta, y lo segundo crear un conmovedor cuento que llegue al corazón de los niños. Para ello Rocío Martínez muestra con sus dibujos imágenes de gran plasticidad, exhibe un manejo elegante del color y una gran delicadeza con sus trazos minuciosos. En cuanto al texto destaca por su interés en contar una sensible y sencilla historia que ayude a comprender a los niños la importancia de la vida de los animales marinos y su aportación al ecosistema del planeta. Un álbum ilustrado publicado por Kalandraka que ha sido posible gracias a que Greenpeace aprobó la realización de la obra y certificó que cumple con los requisitos del proyecto «Libro Amigo de los Bosques», porque en su elaboración se utilizó papel fabricado a partir de madera procedente de plantaciones ambientalmente sostenibles.
La autora intenta contar la historia del Rainbow Warrior, el barco de Greenpeace, y su lucha para proteger la vida de las ballenas y de las focas en peligro por la acción humana. Como fue una historia rodeada de matices políticos y de luchas en ocasiones cruentas, la autora e ilustradora utiliza la metáfora de una madre ballena y su hijo: «Por eso dibujo dos ballenas que nadaban en un mar helado. La más pequeña remoloneaba. No quería hacer un viaje que con toda seguridad sería largo. La más grande la empujaba suavemente y le cantaba una historia: "Hace años, cuando los hombres comenzaron a construir barcos de corazón mecánico, un día crearon el primero para proteger a nuestra especie…».
En 1978 un barco, el Rainbow Warrior de Greenpeace, comenzó a surcar los océanos del planeta para denunciar prácticas como la caza indiscriminada de ballenas y focas, la contaminación con los residuos tóxicos y radiactivos o el uso de redes mortíferas para especies marinas indefensas. Algunos países fueron sensibles a esas protestas y aprobaron leyes que contribuyeron a que el mundo fuera más habitable. Han pasado 21 años desde que aquel primer barco fue hundido en el fondo de las aguas y convertido en arrecife artificial, pero su réplica actual sigue surcando los océanos manteniendo su misma causa.
Rocío Martínez se dedica profesionalmente a la ilustración de libros infantiles y juveniles para editoriales de varios países y ha recibido diversas distinciones, como el Premio del X Concurso de Álbum Ilustrado «A la orilla del viento» 2006 con De cómo nació la memoria del bosque, y en 1999 y 2001 sendos accésit del Premio Lazarillo de Ilustración. Entre sus obras destaca el álbum Gato Guille y los monstruos y el más reciente La rana Rony, de Antonio Muñoz Puelles (MacMillan).
En suma, un álbum ilustrado que cuenta con sencillez una página de la historia centrada en la lucha por el planeta, desconocida para muchos niños. Las ilustraciones de Rocío Martínez aportan un nuevo enfoque al fomento de la ecología y la educación ambiental.
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