Ilust. Soledad Velasco
Adeshoras, Madrid, 2015. 204 pp. 15 €
Adeshoras, Madrid, 2015. 204 pp. 15 €
Pedro M. Domene
Las piernas de mujer son, sin duda, para Ricardo Reques ese imaginario lugar donde transcurren la mayoría de sus fantasías y por ese, y no otro motivo, titula su última colección de relatos, Piernas fantásticas (2015), y para alejarse de ese exclusivo mundo de la ficción, el narrador añade algunas notables reflexiones sobre el ideal de belleza. Lo más curioso de este libro, esa lírica visión del ideal femenino que deriva hacia un auténtico cuento seudopoemático porque se basa en la evocación de una emoción o un sentimiento, y se convierte entonces en una impresión fugaz y en toda una serie de emociones de carácter lírico, y además provoca una extraña fuerza evocadora; y si añadimos ese mágico poder de sugerencia, ambos conceptos se convierten en valores fundamentales de esta colección, de forma que de alguna manera muchos de estos cuentos se suavizan de esa radicalización característica que son esenciales en la temática elegida por Reques, y que desde el punto de vista técnico se concretan en historias de una asombrosa síntesis, de una calculada intensidad, de una extrema condensación y de una aguda capacidad evocadora. Otra de las características a destacar, el tratamiento elegante, imaginativo y tremendamente literario de una parte de la anatomía femenina que resulta tan fascinante como el resto. Lo cuestionable es, solo como profundiza y soslaya el autor, nuestra inequívoca obsesión por mirar y cuantificar nuestro sentido de la posesión ajena, símbolo sin embargo de la sensibilidad femenina nunca ajena al deseo masculino.
¿Es Ricardo Reques un fetichista? Según la definición académica, resultaría obvio porque un fetichista es una persona, casi siempre hombre, que se siente atraída sexualmente por esta zona de la anatomía humana, en este caso las piernas. Para un fetichista, la simple visión de un pie, de un zapato de tacón, y en el caso de escritor de una pierna desencadena un proceso de sensaciones sexuales agradables y muy estimulantes. El referente más evidente es Elmer Batters, el fotógrafo norteamericano que dedicó su labor a la fotografía erótica y/o fetichista, sobre todo las piernas femeninas, aunque su obra, construida a partir de finales de la década de los 40, no tenía cabida en la sociedad puritana estadounidense, con lo que normalmente era tachada de perversa y pornográfica. Solo así pueden entenderse los numerosos problemas que Batters sufrió con las autoridades y que sus fotografías solo tuvieran salida en revistas eróticas que el mismo fundó, y hablamos de la época del apogeo de las pin-ups.
En los diecisiete cuentos que contiene el libro, y en la mayor parte de las historias no coincide la apariencia con lo que presuntamente se describe, y más bien se reproduce el sentido de la fragilidad, de la culpa, o incluso cierta tristeza y el alivio, por añadidura, tras un acusado proceso de envidia y de celos, y nuestro consuelo o desconsuelo se hace patente, aunque finalmente se muestra el placer y un inmenso halo de felicidad a la hora de llegar al final de muchos de estos relatos. Y dos de ellos, preferentemente, justifican la colección, me refiero a “El secreto de Tramell” y “Tarde de playa”, el primero porque con su precisa y justa medida, con su técnica elaborada y consecuencia final, esboza cuanto Reques nos quiere mostrar, ese sugerente símbolo de la sensualidad femenina y el afán de posesión que confieren nuestras miradas; el segundo subraya que la belleza es una idealización sublime de una aparente realidad y más allá de esto puede, incluso, no haber nada; el tercero, “Loba” muestra el exceso de abarcar con su extensión, toda una imaginería en torno al mito de la transformación. El resto de cuentos pese a su evidente factura literaria donde lo fantástico y lo imaginario se convierte en motivo esencial de la prosa de Reques, notable por su ejecución, ofrecen al mismo tiempo reflexiones filosóficas, psicoanalíticas, referencias pictóricas y cinematográficas, en suma pequeños ensayos que confieren al conjunto la dimensión fetichista y erotómana que escritor otorga a las piernas de mujer. No dejemos de leer, “Las medias de Nicole” tan sensual como erótico, o ese ensayo seudo-psicológico que se sugiere en “Relación entre las variables morfológicas de los miembros inferiores, éxito de apareamiento y tiempo de supervivencia en humanos”.
La edición está ilustrada por la mexicana Soledad Velasco que aspira con sus dibujos a transmitir esa realidad que viene concretada visualmente por un determinado contexto tan acertado como resulta ese poder de transmitir la auténtica y verdadera realidad cotidiana.
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