Ed. Ende, La Coruña, 2015. 398 pp. 18 €
Ángeles Prieto Barba
La historia como “magister vita” es herramienta común de filósofos, sociólogos, políticos y escritores para poder explicar nuestro presente y alertar sobre consecuencias futuras. Echar la vista atrás resulta necesario, ya que no sirve solo para evitar equivocaciones similares, también nos obliga a reflexionar seriamente en cada viaje al pasado, periplo que resulta siempre de ida y vuelta. Cuando enjuiciamos cualquier tiempo pasado con los conocimientos y prejuicios del presente, despertamos asimismo el inevitable sentido crítico ante lo que se da por hecho: ¿Fue la Historia tal y como nos la cuentan? La pregunta es espinosa y la respuesta, no menos compleja, asunto sustancial que se aborda en esta novela concreta. Ya que el interesante viaje propuesto en Praga, 1942, ciudad ya conocida, abierta al turismo masivo, y ante unos hechos acaecidos en un tiempo no lejano, no nos resultará ni exótico, ni ajeno, y sin dudarlo abre la puerta a que nos planteemos seriamente si lo que ocurrió fue como se nos ha transmitido.
La novela aborda con atino y rigor los hechos, al objeto de hacernos revivir, sin escatimar detalle, un episodio clave en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial: la llamada Operación Antropoide. Esta consistió en llevar a cabo un atentado necesariamente mortal contra el teniente general Reinhard Heydrich, uno de los más destacados jerarcas nazis. Una historia muy emocionante que a punto estuvo de fracasar y que ha sido documentada con suficiencia en películas, reportajes, libros y artículos. El interés por este episodio dramático proviene tanto de la fascinación por la figura, en buena parte desconocida, del “Carnicero de Praga” (bajo su ley Marcial se ejecutaron a más de 500 checos), como por la violencia represora extrema desatada tras su muerte con el tristemente famoso pueblo de Lídice arrasado por completo. Un episodio ineludible, básico para visibilizar la resistencia ante el nazismo, que deja muy poco resquicio para poder narrarlo a la manera de Alejandro Dumas, tomando como base el hecho histórico conocido y rellenando todo lo que no se sepa con ficción. Y que tiene como precedente a la galardonada HHhH de Laurent Binet, otra gran novela que prescinde de los tradicionales cánones narrativos, porque hechos de esta envergadura superan también nuestros propios límites de comprensión y aceptación.
Aquí nos vamos a encontrar con la Operación Antropoide bajo el prisma de una narración vivaz y meditada, así como bien elaborada, bastante lejos de todos esos clichés comerciales que han acabado por devaluar, tras tantas simplificaciones, los valores literarios. Esta novela no carece de ellos, así como tampoco prescinde de traspasar barreras psicológicas de tiempo y espacio de la mano de un personaje conductor, Tomás Jelinek, con el que nos vamos a sentir identificados y hermanados en el abordaje comprensivo de lo que sabemos, y lo que no sabemos: Todas las historias paralelas y los distintos intereses en juego.
Praga, 1942 tanto como una novela, es un viaje. Un viaje geográfico apasionante, no exento de placer, por la hermosa Praga. Un viaje temporal, comprensivo y compasivo, hacia unos hechos terribles que condicionan nuestra existencia actual, tal fue su trascendencia. Y sobre todo, un viaje ético al interior de nosotros mismos en la pregunta ineludible de qué hubiéramos hecho nosotros de vernos en dichas circunstancias, y sentirnos bajo la piel de sus protagonistas. Por ello, un viaje tan necesario que solo cabe emprenderlo leyendo esta original novela.
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