lunes, mayo 08, 2017

Libros, secretos, Jacobo Siruela


Atalanta, Girona, 2016. 270 pp. 21€

Bruno Marcos

Las civilizaciones basadas en el libro, como la cristiana, la judía o la musulmana, conocen la capacidad que tiene la literatura para ascender a una categoría superior, la del texto sagrado, verdadero motor de las épocas. Este gran poder de la Biblia, la Torá o el Corán ha proporcionado al mundo de los libros un aura negra que, también, alcanza a todo el conocimiento del cual han venido siendo vehículo a lo largo de la Historia. Lo complejo o lo inteligente, la ética o la metafísica que residían en los libros han pasado de la gravedad a lo inquietante, a lo fascinante, y una sociedad como la nuestra, demasiado transparente, demasiado informada, ha visto en el mundo de los libros viejos y secretos una veta de misterio última, cuando la Modernidad ya había expulsado el misterio del mundo.
En Libros, secretos Jacobo Siruela hace un recorrido por varios de estos libros secretos, unos más que otros. Algunos de ellos totalmente herméticos como el manuscrito Voynich, que contiene enigmas criptográficos en una lengua ignota que han obrado el fracaso de varias generaciones de especialistas. De dicho libro se pueden ver en esta edición sus misteriosos dibujos indescifrables, que recomiendo contemplar con lupa ya que se trata de reproducciones de magnífica imprenta.
Otros de los que se ocupa son más populares, aunque se añaden datos nuevos, curiosos y reveladores, como el relato de Byron y los Shelley en la noche que dan a luz la historia de Frankenstein.
Especialmente interesante es el capítulo biográfico de Valentine Penrose, autora ligada al surrealismo y muy poco conocida, que escribió el libro sobre la vampiresa eslovaca del siglo XVI, la condesa Báthory, que es precedido por una genealogía exhaustiva del vampirismo presente en todas las culturas desde la Antigüedad.
Es este un libro con digresiones interesantes por todas partes, por ejemplo la que se hace sobre la Belleza y su crisis en la actualidad, que, además de añadir una crítica a las derivas estéticas presentes no escamotea un estudio de lo contemporáneo. En otra ocasión, por ejemplo, se resalta la llamativa presencia de la superstición en plena Ilustración, señalando que la retirada de la religión va dejando un hueco que es tomado de nuevo por lo irracional.
Este ensayo, como otros de este autor, va dirigido a un lector culto, con conocimientos en varios campos, la Historia, la Filosofía, la Psicología o la Literatura entre otros, eso es evidente, pero su lectura no es nunca farragosa sino muy asequible y amena. El autor explica todas las obras de las que habla como si el lector no las conociera y el que ya las conoce siempre encuentra algo nuevo. Este libro, que presenta otros secretos haciéndolos así menos secretos, escribe un fascinante capítulo de la historia de la fantasía humana.

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