David Vicente
Lo primero que sorprende antes de bucear en las páginas de Crezco y ponerse manos a la obra con su lectura es la precocidad de su autor, Ben Brooks. Según podemos leer en la faja publicitaria (dicho sea de paso, puro diseño y no de esas que se acaban tirando pues dificultan la lectura), con apenas diecinueve años Crezco es el quinto libro de Ben Brooks, el primero traducido al español, y ha sido nominado al Premio Pushcart.
Pero la sorpresa no termina aquí, sino que el autor asegura al desplegar dicha faja que escribió al menos tres cuartas partes de la novela con dieciséis años y con resaca, contando lo que le había sucedido la noche anterior.
Parece lógico deducir ante estos mensajes de marketing que nos encontramos ante la obra de un genio en ciernes. Sin embargo yo, que suelo carecer de pensamiento lógico y más bien soy un tarado, tiendo a pensar que nos encontramos justo ante todo lo contrario: un bluff, un timo, un farol, si lo prefieren. E imagino que lo que tengo entre manos es la novela cien veces contada (con mayor o peor fortuna) de un adolescente con aires nihilistas que se refugia en la ironía y el sarcasmo para bandear una sociedad a la que no se adapta. Una especie de Holden Caulfield moderno, con iPhone incluido, que cuelga mensajes en Facebook y Twitter. En definitiva otra novela generacional más, dirigida a un público muy determinado, y de cuyo autor es probable que sepamos más bien poco de aquí a unos años, cuando su inevitable crecimiento le obligue a narrar de otras cosas y le deje carente de argumentos.
Algo de esto hay dentro de las páginas de Crezco. Me explico. Hay un retrato generacional, hay nihilismo existencial, hay ironía y sarcasmo y hay algo ya contado generación tras generación. Pero sobre todo hay literatura. Algo que, aunque parezca paradójico, no siempre es sencillo encontrar dentro de una novela.
A través de su personaje central, Jasper, Ben Brooks construye una novela narrada en primera persona como si se tratase de un diario, en la que nos habla de lo extraño que resulta todo a veces y lo complicado que es crecer, convertirse en eso que llamamos adulto y asumir responsabilidades.
Crezco es una novela donde están presentes todos aquellos elementos que definen una generación: las drogas, el sexo (o las ansias de él), la inadaptación, la falta de interés por el futuro más próximo… Pero también es una novela llena de ternura, humor, ironía y, repito, de literatura.
Sin duda se podría decir de la primera novela con la que Ben Brooks aterriza en España de la mano de la que ya se ha convertido en una de las grandes referencias editoriales de nuestro país, Blackie Books, que es una novela generacional. Pero no para ser leída por una generación exclusivamente.
Crezco es una novela que habla de la adolescencia, esa extraña patria que todos hemos habitado y que, aunque en su momento resultó confusa, todavía hoy no tenemos muy claro (por lo menos yo no lo tengo) si al abandonarla evolucionamos hacia algo mejor o fuimos derrotados y nos convertimos en eso que nunca quisimos ser y siempre odiamos. A fin de cuentas, ya lo dijo Dylan, éramos más viejos entonces.
No sé si Ben Brooks escribió o no esta obra en sus días de resaca, o lo hizo con dieciséis años o más. Ciertamente me importa un carajo. Lo que sí sé es que una vez leída su novela todos esos mensajes publicitarios que en un principio me llamaron la atención, han quedado reducidos a mero texto impreso carente de interés en una faja publicitaria, para dar paso a lo verdaderamente importante, su literatura.
Decir que estamos ante un genio, probablemente es mucho decir, pero casi con total seguridad nos encontramos ante un autor que ha venido para quedarse y para ofrecernos cosas muy interesantes, la primera de ellas: Crezco.
2 comentarios:
¡Mil gracias por tus palabras! Me alegro de que te haya gustado.
Enhorabuena a ti por tu traducción.
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