Ángeles Prieto
Me resulta muy grato reseñar, por primera vez, un libro infantil con su correspondiente toque de magia. Porque ese es precisamente el placentero resultado que obtendremos tras disfrutar de Londres para niños, una joyita ilustrada perteneciente a la colección “Soñando ciudades”, que la editorial Nórdica ha tenido el buen gusto de editar y distribuirlos.
Magia que reside en sus fantásticos dibujos, empezando por la propia portada y en todas y cada de sus páginas que, además, son todas despegables, para solaz del niño que lo reciba. Así, en este libro nos encontraremos, lógicamente de forma sintética y con un lenguaje adaptado a críos de 8 a 12 años, plano, historia, cultura y costumbres de los principales lugares londinenses, los más característicos: Piccadilly Circus, Trafalgar Square y su Nacional Gallery, la catedral de St. Paul, Buckingham Palace, Westminster y su Big Ben, la Torre de Londres y su puente.
Es sólo que aparecen también lugares menos emblemáticos, pero mucho más interesantes para nosotros en nuestro afán educativo, como es la Tate Modern. Un fantástico lugar, ideal para que iniciemos a nuestros hijos en la comprensión y disfrute del arte contemporáneo. O la Battersea Power Station, una enorme central térmica hecha de ladrillos para que les podamos explicar la importante cuestión de la revolución industrial y su posterior desarrollo, a la que sin duda debemos nuestro actual nivel de progreso técnico.
Pero además, como los buenos libros de viaje, esta guía aunque breve procura ser lo más completa posible, y es impagable la página final donde incluye información sobre los principales museos (imprescindible visita al de Historia Natural) y los lugares de diversión y entretenimiento, incluso poco destacados en los principales manuales para adultos, como el Pollock’s Toy, con juguetes, marionetas y teatros en papel para aquellas, donde los niños podrán disfrutar de lo lindo. Los parques, el zoo y el Acuario completarán esta guía, con el fantástico consejo de cómo evitarles los establecimientos de comida rápida en otros sitios más sanos, y con decoración especial para ellos.
En definitiva, un libro pequeño, precioso, sintético, donde los niños son tratados como adultos a la hora de emprender (y aprender) la aventura de viajar, sacándole partido a todo cuanto nos encontremos. Una buena opción, esta cuidada y encantadora colección, para iniciarlos en algo que después realizarán el resto de su vida sin nosotros, por lo que animo a los lectores de esta reseña a conocerlos. Y a adquirir esta guía concretamente en el caso de que decidan viajar, con niños, a la increíble Londres.
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