lunes, junio 12, 2006

Nouvelles. Antología del nuevo cuento francés, Eduardo Berti (ed.)

Ed. Eduardo Berti. Trad. y ed. Eduardo Berti y Mariel Ballester. Páginas de Espuma, Madrid, 2006. 156 págs. 15 €

Alberto Luque

Lo sabemos todo, o casi todo, sobre la novela francesa contemporánea, pero nada, o casi nada, sobre el cuento francés actual. Precisamente la edición de este libro, a cargo del escritor argentino Eduardo Berti, pretende llenar este vacío al ofrecer un amplio panorama sobre lo que se cuece en el país vecino. Con ese afán Eduardo Berti realiza una selección que abarca diferentes estilos y autores bajo el denominador común de la contemporaneidad de los textos. El resultado es satisfactorio no sólo por la diversidad de los mismos, sino por la calidad de algunos de los cuentos incluidos. Es esta circunstancia, más allá de la pura intencionalidad ilustrativa, lo que justifica su lectura: no es fácil encontrarse con cuentos de primera fila, sean franceses o de cualquier otra nacionalidad, y su descubrimiento es toda una experiencia para cualquier lector.
Primeramente, yo invitaría a cualquier espíritu inquieto con alma de voyeur a introducirse en las habitaciones y pasillos de la casa en la que se desarrolla Liturgia, de Marie-Hélène Lafon (1964), para descubrir, tras los velos de vapor que inundan el baño, una realidad opresiva, casi espantosa. Liturgia es, sin duda, una narración excepcional, fuera de lo común. El Reloj, de Hervé Jaouen (1946), de un clasicismo impecable, con un inteligente final circular, es otro de los textos altamente recomendables de esta antología. Lo es también Ariane, de J.M.G. Le Clézio (1940), una cruda historia ambientada en los arrabales casi oníricos de una gran ciudad: su esquema dinámico, el ritmo de escritura, y la atmósfera, por momentos de cómic manga, revelan una mano poderosa. En Manuscrito encontrado en Sarcelles, Didier Daeninckx (1949) ironiza con gran inteligencia y sentido del humor sobre el mundillo/ejo literario. El Tutú, de Paul Fournel (1947), narra los deseos de escapar de la cotidianeidad que nos aplasta a través de una narración en apariencia bastante vulgar que, sin embargo, estalla magistralmente en su recta final. ¿Por qué?, de Alain Spiess (1940), o La profanación de los cementerios, de Vincent Ravalec (1962), son también buenos ejemplos de un seductor paisaje narrativo.
Por supuesto, como sucede en casi todas las antologías, la calidad de los relatos es desigual, como diversa es la variedad de estilos y edad de los autores. Precisamente en esta diversidad se vislumbra el esfuerzo de Eduardo Berti por ofrecer un panorama amplio de la actividad cuentística de nuestros vecinos. Incrementa el interés de la edición un interesante prólogo de Berti sobre la situación del cuento en Francia –un enfermo grave con síntomas de recuperación– y la percepción de los propios escritores al abordar el género, así como una semblanza de cada uno de los autores que participan en esta antología. Una propuesta honrada y sugerente, en definitiva, que merece mejor destino que el terminar bajo el peso insoportable de los mil y un best seller sobre cátaros, cálices sagrados y confabulaciones masónicas que inundan nuestras librerías.

1 comentario:

Papillon dijo...

Excelente! Se encuentra versión en francés?