viernes, julio 21, 2006

La boca del Nilo, León Arsenal

Edhasa, Barcelona, 2006. 573 pp, 24 €

María Pilar Queralt del Hierro

Galardonada con el II Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, La boca del Nilo remite a una insólita y remota aventura que parece haber pasado de puntillas por la historia : la expedición que Nerón envió a Egipto, en el año 61 d.C., con la doble misión de entablar relaciones con el reino de Meroe y descubrir las ya entonces legendarias fuentes del Nilo. Arsenal encomienda la tarea al tribuno Claudio y al prefecto Tito a quienes se sumará una sacerdotisa de Isis, Senseneb; el cronista Valerio, el mercenario griego Demetrio y otros muchos personajes que reproducen el mosaico de culturas que configuraba el Imperio Romano. Juntos realizarán una larga travesía y vivirán una larga y peligrosa aventura a la que no son ajenas el amor, la intriga y la ambición.
Hasta aquí la base argumental. De la novela puede decirse además que se lee de un tirón, tiene un buen fuste narrativo y la documentación historiográfica es correcta. Pero también que León Arsenal ha contado con un amplio margen de maniobra narrativa —ocupado, sin duda, con verdadera maestría— por cuanto de la expedición sólo se conservan dos breves referencias en Séneca y Plinio el Viejo.
La boca del Nilo es, pues, una espléndida novela de aventuras ambientada en el Egipto del siglo I d.C. Y, máxime cuando ha sido galardonada con uno de los más prestigiosos (aunque jóvenes) galardones de Novela Histórica en lengua castellana, aquí es donde surge un debate siempre presente en los círculos vinculados al género: ¿Cuáles son los límites de la novela histórica?
Repasando los catálogos de nuestras editoriales se aprecia que entran en el mismo saco la biografía novelada, el thriller esotérico, la narrativa ambientada en épocas pasadas...Como historiadora me gustaría decir que los límites vienen justificados por la rigurosidad documental, pero novela histórica es Ivanhoe y su medioevo tiene un cierto tufo a cartón piedra. Como escritora/lectora, me decantaría por exigir calidad en la prosa, buen ritmo narrativo y una sólida estructura argumental ambientada o basada en un momento histórico determinado. Pero, muchas novelas históricas cuentan con esas cualidades y, sin embargo, historiográficamente son un fiasco.
Me decantaré, pues, por pensar que, además, de las cualidades narrativas que toda buena novela debe tener y una base historiográfica contrastada, la virtud esencial de la novela histórica es, prescindiendo de la anécdota concreta, su poder de evocación, es decir, la capacidad de trasladar al lector a espacios y momentos lejanos en el tiempo. Siendo así, es indiscutible que La boca del Nilo ha ganado merecidamente un lugar entre las mejores y más recientes novelas históricas españolas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu crítica... Había visto en la librería esa novela y no sabía si serviría como regalo para mi esposa, también historiadora. Todavía no se si le gustará, pero al menos tu crítica me ha servido para animarme.