lunes, febrero 07, 2011

Flores de sombra, Sofía Rhei

Alfaguara, Madrid, 2010. 344 pp. 14,50 €

Ariadna G. García

Pocos son los escritores que pueden presumir de publicar un libro de calidad al año. Y dentro de esa nómina se encuentra una autora versátil, un vehículo anfibio que se mueve sin dificultades por el verso de alta montaña y la prosa de arenisca: Sofía Rhei. Desde que comenzase su carrera no ha dejado de atravesar extraños bosques donde crecen Flores de alcohol (2005) por una combinación Química (2007) cuyos resultados permiten Otra explicación para el temblor de las hojas (2008) y el crecimiento de siniestras Flores de sombra (2011); ni tampoco ha eludido el tránsito por unas peculiares Ciudades reversibles (2008) por las que deambulan, como Alicia volátil (2010), hechizados personajes de cuentos y novelas. En apenas seis años, ha dejado de ser una semilla prometedora para convertirse en un tronco robusto y sólido de nuestro jardín literario. La copa que sostienen sus ramas tiene el don de producir una sombra que concede regocijo y descanso. Los libros de Sofía son hogares.
Si alguien buscara un “ángulo” al que llevarse una lectura, acertaría, sin duda, si eligiera su embriagadora novela juvenil. Flores de sombra se sitúa en la órbita de algunas obras clásicas del género de la épica fantástica. El libro sigue con precisión un modelo heredado. No faltan, pues, los tópicos inherentes a él: un misterioso viaje que emprenden madre e hija para olvidar la angustia del pasado, la soledad y el tedio adolescente, el vacío de la deshabitada localidad a donde se mudan, el comienzo de una nueva existencia alejada del orden, la investigación de un secreto de familia, la simultaneidad de dos mundos gemelos… Tampoco escasean los guiños a la cultura popular, que tanto cultivó el maestro de este tipo de historias: Stephen King. Así las cosas, bajo el césped las raíces del libro se alimentan del barro de El talismán (1984) y del agua secreta de Doctor en Alaska (1990). Ahora bien, la novela de Sofía no sólo sigue con acierto un patrón, sino que despliega una imaginación desbordante. Su prosa nos seduce todos los sentidos. Retomando dos asuntos vitales en su obra, el gusto culinario y la pasión botánica, Sofía Rhei sorprende a nuestra percepción con un torbellino de sinestesias, imágenes, olores, sonidos y sabores de lo más variado. Dan ganas, incluso, de quedarse a vivir en ese universo vegetal paralelo, pese a sus misterios y peligros. Y aunque Flores de sombra danza sin salir de los límites de la pista de baile, añade algunos pasos, resistencias que no suponen riesgos pero abren la puerta de las revoluciones, a la coreografía. Así, el conmovedor mensaje ecológico se mezcla con el protagonismo de Hazel, la joven extranjera en cuyas manos se encuentran los destinos de un mosaico de razas y de mundos.
Flores de sombra es la última rama de un tronco, pero su savia bucea por el hueco de otras, anteriores. Si en ellas existía una unión entre la ciudad y los árboles, si en ellas las raíces levantaban milímetros de asfalto, si en ellas la hojarasca era testigo de la vida humana, si en ellas las mujeres y los hombres aspiraban esporas, en esta rama nueva la simbiosis ha cerrado su círculo. No hay escisión posible con la naturaleza.
Intriga, acción, sorpresas, un lenguaje cuidado, resonancias de libros y películas (Crepúsculo, Alicia en el país de las maravillas, Dentro del laberinto, Avatar…) son algunos de los ingredientes con que Sofía ha cocinado un libro suculento, de aquellos que nos dejan con las ganas de disfrutar de otro sabroso plato.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si los libros que se comentan son tan sabrosos como esta reseña, qué lujo!
Saludos,
Ana Rosa



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Yessi dijo...

Hola, es la primera vez que paso por aqui y sin duda este es un sitio muy interesante ya gardable...espero volver pronto.

Saludos.

Estupor dijo...

A mí también me ha encantado Flores de Sombra. Estoy deseando leer la próxima entrega de Sofía Rhei.