viernes, diciembre 09, 2011

Fría revancha, Dan Simmons

Trad. David Luque Cantos. La Factoría de Ideas, Madrid, 2011. 288 pp. 20,95 €

Santiago Pajares

Fría revancha es una novela negra, pero su autor, Dan Simmons, no es habitualmente conocido como un escritor de este género. Los amantes de los libros de ciencia ficción le conocen más por la saga Hyperion, que en 1989 ganó los prestigiosos premios Hugo y Locus (este último lo llegará a ganar en cinco ocasiones), que acabó siendo una tetralogía. Durante muchos años, y esto lo sé de primera mano, su segundo libro La caída de Hyperion fue un ejemplar muy buscado en las librerías antiguas y tiendas de comics, llegando a convertirse en un ejemplar de coleccionista. Afortunadamente, ahora puede volver a encontrarse en las estanterías de las librerías incluso en edición de bolsillo.
Pero que Dan Simmons sea un conocido escritor de ciencia ficción no quiere decir que escriba sólo ciencia ficción. Ha hecho sorprendentes y muy celebradas incursiones en el género de terror (Un verano tenebroso, Los vampiros de la mente, Los fuegos del Edén), o la novela histórica (Drood, la soledad de Charles Dickens, El terror). La novela que nos ocupa, Fría revancha —Hard freeze es la parte central de una trilogía que comenzó con Fría venganza —Hard case—  y que acabará en 2012 con Hard as nails —Duro como las uñas— (Traducción libre).
Y es que si hay dos palabras que puedan ilustrar este libro son duro y frío. Duro por su protagonista, Joe Kurtz, un exdetective privado recién salido de una condena de doce años de cárcel por venganza. Un tipo salvaje, de pocas y contundentes palabras, inteligente, mordaz y culto. Y frío por el escenario, un invierno en Buffalo que anegará las calles de nieve y hará más visibles los rastros de sangre que va dejando según avanzan las páginas. Porque hay mucha sangre.
En cierta forma, Fría revancha es un libro lleno de tópicos. Podemos ver en Joe Kurtz trazas de hombres duros como Clint Eastwood, hombres que comen poco y beben y pegan mucho. Hombres que no necesitan dormir y aunque están cansados continúan adelante. Su secretaria, una mujer independiente y muy muy capaz es capaz de encontrar cualquier dato que nuestro protagonista necesite. Siempre estará dispuesta a lo que sea necesario, tanto alojar a clientes en su casa como a prestarle una moto para despistar a sus perseguidores. También tenemos a la chica, la última descendiente de una familia mafiosa proveniente de Italia que tendrá que luchar por el poder con las nuevas familias emergentes. Y tenemos un caso de asesinato encargado por un pobre hombre enfermo de cáncer que quiere vengarse del asesino de su hija antes de morir. Y nadie mejor que Joe Kurtz para encontrarlo. Entonces, si es tan típico, ¿por qué lo leemos? Es sencillo: Porque funciona. Porque es exactamente el libro que un amante de la novela negra quiere leer. La trama irá in crescendo hasta el final, donde todas las tramas irán convergiendo en una situación vertiginosa e imposible de resolver. Un enfrentamiento a tiros. Un combate a ver quién resulta más listo, quién es capaz de anticipar más jugadas de su oponente. Como un tablero de ajedrez manchado de sangre, nieve y con las piezas rotas por disparos. Y en cada casilla un personaje. Unos vivirán y otros morirán, pero todos, sin excepción, tendrán que esperar a ver cómo se resuelve la partida.
Aunque hemos tenido que esperar diez años para que se publicara el primer libro de la trilogía, en 2012 la editorial La factoría de Ideas publicará el tercer libro. Tendremos que esperar y tener paciencia. Tras leer el libro, sé que Joe Kurtz no la tendría.

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