Pedro M. Domene
¿Quién es la misteriosa modelo del cuadro «La Venus del espejo» que con su secreto le proporcionaría a Velázquez la fama de galante seductor y amante durante su estancia en Roma, entre 1649 y 1651? La historia de este lienzo no deja de sorprender porque el pintor cortesano desafió no solo la autoridad de su rey sino, también, la eclesiástica que prohibía pintar, expresamente, desnudos a los artistas de la época. Es el único cuerpo femenino, con acentuadas dosis de erotismo, del XVII, según se desvela en la novela, que se conserva del pintor sevillano, hecho que coincide con la realidad, aunque se sabe que pintó al menos tres más. Presupone, además, el comprometido traslado del lienzo hasta la residencia del pintor, en la corte madrileña, desde su aventura romana. Este y otros misterios, ¿una copia realizada por el propio sevillano?, nos invitan a leer La mujer de Roma (2008), la primera y excelente novela, de José Luis Martín Nogales (Valdeande, Burgos, 1955), que reconstruye, con todo lujo de detalles, en un doble plano, los avatares de este singular cuadro y de sus protagonistas.
La historia arranca con el proceso de identificación de una copia aparecida en Londres, encargo del anticuario Turner que llevará al protagonista, Martín, a realizar una inquietante investigación sobre la autenticidad de la misma. Con el análisis técnico y científico se recreará toda una época, el mágico ambiente de la corte, con sus claroscuros y contradicciones, reconstrucción que posibilitará al joven verificar la autenticidad de la copia, y despejará todas las interrogantes que surgen en torno al cuadro, la identidad de la mujer desnuda, las vicisitudes de su existencia en la corte, incluso la nómina de sus propietarios: la Casa de Alba y Manuel Godoy, hasta su traslado a Inglaterra, y posterior compra por John Morritt o su ubicación en la actualidad, la National Gallery, de Londres.
La novela no sería nada más que la recreación de un episodio histórico del XVII español con personajes reconocidos como, Velázquez y la corte de Felipe IV, si Martín no viviera, tras una pormenorizada investigación, una historia de amor paralela que justifica, en gran medida, la ficción, con estancias en Londres, Roma o Madrid, para desvelar la identidad de la dama, recurso eminentemente novelesco, como de vislumbra al final de la misma, ¿es acaso Flaminia, una joven, vinculada a los Medicis? Un segundo plano, narrado, magistralmente por Martín Nogales, un paralelismo entre la realidad histórica y el presente que, justifican, de alguna manera, esa doble historia de amor, vivida por sus protagonistas con sus respectivas damas romanas. Al hilo de ambas historias, la documentación, el proceso seguido de indagación en archivos: Palacio Real, el Vaticano o la National Gallery, la ambientación y la dosificación histórica, el doble lenguaje empleado, la elegancia de estilo y la perfecta estructura, subrayan el dominio narrativo del novelista y, en ningún momento, esta trama, de pasiones e intrigas, decae o deja de interesar a un lector ávido, embrujado por la magia que esconde el torso y el rostro difuminado de esa hermosa mujer.
Un gran libro, por uno de los escritores más prometedores. Curiosa una entrevista que le hacen en la web del pueblo donde nacio, http://valdeande.110mb.com/jlmn/jlmn.html
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