miércoles, julio 30, 2008

La música como concepto, Robin Maconie

Trad. José Luis Gil. Acantilado, Barcelona, 2007. 298 pp, 23 €

Ana Gorría

Maconie afirma en uno de los fragmentos que constituyen el libro que el auditivo es el único sentido al que el ser humano no puede sustraerse. En consecuencia, la voluntad nada puede hacer por interponerse a la experiencia estética de su articulación, la del sonido, es decir: la música.
A partir de esta idea, Maconie propone que la música es el más poderoso, o tan poderoso, de los artificios humanos en un mundo en el que lo icónico y las palabras parecen haber querido sustraer importancia a la música como signo, elemento orientado a la comunicación y sobre el que se fundamenta nuestra relación con la realidad y con los otros.
Con una serie de imágenes orientadas a clarificar el sentido de sus palabras ante la profanía musical que vienen enredadas en una sucesión de teorías musicales, estéticas de la percepción, psicologías del arte, acústicas e incluso teorías del tratamiento de la información, el autor pone frente a nuestros ojos de forma transparente la relevancia de la música como concepto, es decir como idea que concibe o forma el entendimiento humano al mismo tiempo que se pregunta e intenta aclarar todas aquellas nociones que pudieran resultar oscuras para la justa valoración del fenómeno musical tanto desde su perspectiva histórica como desde el presente.
Una constatación para Maconie resulta el que se decidiera lanzar al espacio junto a una imagen y una fórmula aritmética, una sinfonía musical. Con un ejemplo así que revela buena parte del método pedagógico de Maconie, instruir “iluminando” el compositor anglosajón concluye que la música junto a los datos —el tratamiento de la información— y lo icónico es uno de los fundamentos de nuestra identidad como especie.
A través de los veinte capítulos que constituyen el libro y que se fundamentan, como ya he dicho, en una teoría específica de la comunicación el autor analiza y descompone los conceptos de armonía, disonancia, notación, ornamentación, instrumentos entendiendo el fenómeno musical como un gesto en el que intervienen una multitud de elementos que no es posible relativizar sin más.
Dada la formación de Maconie, discípulo de Stockhausen, su análisis de la música se orienta, con ciertas aproximaciones a la antropología, desde los albores de la humanidad hasta la música electroacústica pasando por la teoría musical pitagórica o medieval haciendo especial incidencia en que en la música va implícita una visión del mundo, participa de las construcciones que cada época realiza para confrontar el mundo. Una visión en la que también participa nuestro presente y que le permite también, desde un punto de vista poco esencialista, justificar la música como una creación tan humana como la palabra y, en consecuencia, subordinado y subordinable al cambio y a la evolución. La defensa de la disonancia o el estudio de la creación y evolución de la notación musical con sus múltiples formas desde su carácter manuscrito, la invención de la imprenta hasta nuestro pasado reciente es un buen ejemplo de ello.
Maconie, además, incluye en su teoría musical además de todas las disciplinas previamente citadas una reflexión que abarca desde el análisis semiológico de los espacios y la consecuencia que tienen estos en la relación entre el público y el intérprete (desde la música sinfónica hasta el pop o el rock) hasta la disposición del aplauso en las ejecuciones musicales. Todo significa. También la música. Y Maconie nos lo hace ver (o escuchar) con una sobresaliente claridad.

3 comentarios:

  1. Dices "sobresaliente claridad". ¿Recomendarías este libro a alguien que, como yo, no sabe casi nada de técnica musical, de fundamentos musicales?

    Sergio

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  2. Hola Sergio:
    El libro es diáfano, sin jerga ninguna. Creo que el libro está orientado precisamente a defender y acercar el valor de la música ante nosotros, la profanía.
    Un abrazo.

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