Debate. Barcelona, 2006. 311 pp. 19 €
Pedro M. Domene
La novela es un género donde cabe todo, afirmó Baroja, un juicio que no ha dejado indiferentes a propios y ajenos durante las últimas décadas, sobre todo cuando, periódicamente, se pone en tela de juicio el valor o la función de la novela o la narrativa en general, pero, una vez leído, este Manual de literatura para caníbales, de Rafael Reig (Cangas de Onís, Asturias, 1963), autor, por otra parte, de una obra narrativa atrevida y un amante de la literatura profunda, capaz de escribir un híbrido maravilloso como éste, porque lo que destila este texto es humorismo por todos sus poros y, aún más, porque sus impertinencias van más allá de cualquier manual de buenos modales, resulta que es la muestra de una inteligente visión de los espectros literarios que soslayarían cualquier equívoco a que nos llevara su título. Sólo así podríamos hablar, en una primera apreciación, de una obra narrativa, de una historia literaria con cierta visión crítica y con abundantes opiniones personales e incluso, insistiendo, podríamos ver en el libro un cierto aire de manual rancio que incluye propuestas de ejercicios complementarios y preguntas al terminar cada uno de sus capítulos, porque, para delimitar de una vez el género, lo que nos ofrece Reig es una novela, con varios protagonistas, como los Berlinchón que, a lo largo de los dos últimos siglos de nuestra historia literaria, evidencian, y de qué manera, su presencia en la misma y comienza su recorrido, a la par que los berlinchones, desde el Romanticismo hasta un anticipado siglo XXI, concretamente, en el año 2012 cuando las diferentes escuelas literarias inicien su particular guerra civil y ésta acabe con la literatura.
Reig advierte que novelistas y poetas, por hábito histórico, por fatalidad o por decisión propia, son siempre caníbales: se devoran unos a otros. Y con este planteamiento el autor se permite libre y sin prejuicios reconstruir parte de la historia literaria en la que autores y personajes parecen convivir, desde una evidente óptica paródica, sarcástica y humorística, vierte juicios de lector entendido en la materia, de docto enseñante y, sobre todo, de caníbal para ofrecernos ese otro manual, repleto de chismes literarios y extraliterarios con que divertir al público. El atrevimiento de Reig es tal que, además de los muertos evocados, se permite, y sin duda añade valor al libro, desmantelar algunas de las figuras actuales del panorama narrativo y cuantifica acerca de algunos fenómenos como movimientos literarios y generaciones, sobre todo del 98 en adelante, pasando por la espléndida del 27 y la larga postguerra española con la abundante nómina de tremendistas, realistas, neorrealistas, o metafísicos, con que se ha nutrido nuestra literatura. Pero lo curioso de este singular manual es que, al hilo de las valoraciones y juicios de valor, el autor se permite retratos literarios de no menos curiosidad inquietante acerca de maestros como Darío y Vallejo e incluso sobre Pepe Martínez, léase Azorín. Relata el proceso creativo de Gabriel García Márquez y sus Cien años de soledad, la posterior concesión del Nobel al colombiano, pero sobre todo carga las tintas en uno de los últimos capítulos titulado "La guerra de las dos Marías" que, como es el dominio común, se refiere a Fernando y a Javier, con la que uno podrá o no estar de acuerdo pero que desmantela algunos valores de una oficialidad con que se maquilla nuestra literatura, toda, la buena, la mala y la regular, y envanece a nuestros autores en sueños de gloria literaria.
Pedro M. Domene
La novela es un género donde cabe todo, afirmó Baroja, un juicio que no ha dejado indiferentes a propios y ajenos durante las últimas décadas, sobre todo cuando, periódicamente, se pone en tela de juicio el valor o la función de la novela o la narrativa en general, pero, una vez leído, este Manual de literatura para caníbales, de Rafael Reig (Cangas de Onís, Asturias, 1963), autor, por otra parte, de una obra narrativa atrevida y un amante de la literatura profunda, capaz de escribir un híbrido maravilloso como éste, porque lo que destila este texto es humorismo por todos sus poros y, aún más, porque sus impertinencias van más allá de cualquier manual de buenos modales, resulta que es la muestra de una inteligente visión de los espectros literarios que soslayarían cualquier equívoco a que nos llevara su título. Sólo así podríamos hablar, en una primera apreciación, de una obra narrativa, de una historia literaria con cierta visión crítica y con abundantes opiniones personales e incluso, insistiendo, podríamos ver en el libro un cierto aire de manual rancio que incluye propuestas de ejercicios complementarios y preguntas al terminar cada uno de sus capítulos, porque, para delimitar de una vez el género, lo que nos ofrece Reig es una novela, con varios protagonistas, como los Berlinchón que, a lo largo de los dos últimos siglos de nuestra historia literaria, evidencian, y de qué manera, su presencia en la misma y comienza su recorrido, a la par que los berlinchones, desde el Romanticismo hasta un anticipado siglo XXI, concretamente, en el año 2012 cuando las diferentes escuelas literarias inicien su particular guerra civil y ésta acabe con la literatura.
Reig advierte que novelistas y poetas, por hábito histórico, por fatalidad o por decisión propia, son siempre caníbales: se devoran unos a otros. Y con este planteamiento el autor se permite libre y sin prejuicios reconstruir parte de la historia literaria en la que autores y personajes parecen convivir, desde una evidente óptica paródica, sarcástica y humorística, vierte juicios de lector entendido en la materia, de docto enseñante y, sobre todo, de caníbal para ofrecernos ese otro manual, repleto de chismes literarios y extraliterarios con que divertir al público. El atrevimiento de Reig es tal que, además de los muertos evocados, se permite, y sin duda añade valor al libro, desmantelar algunas de las figuras actuales del panorama narrativo y cuantifica acerca de algunos fenómenos como movimientos literarios y generaciones, sobre todo del 98 en adelante, pasando por la espléndida del 27 y la larga postguerra española con la abundante nómina de tremendistas, realistas, neorrealistas, o metafísicos, con que se ha nutrido nuestra literatura. Pero lo curioso de este singular manual es que, al hilo de las valoraciones y juicios de valor, el autor se permite retratos literarios de no menos curiosidad inquietante acerca de maestros como Darío y Vallejo e incluso sobre Pepe Martínez, léase Azorín. Relata el proceso creativo de Gabriel García Márquez y sus Cien años de soledad, la posterior concesión del Nobel al colombiano, pero sobre todo carga las tintas en uno de los últimos capítulos titulado "La guerra de las dos Marías" que, como es el dominio común, se refiere a Fernando y a Javier, con la que uno podrá o no estar de acuerdo pero que desmantela algunos valores de una oficialidad con que se maquilla nuestra literatura, toda, la buena, la mala y la regular, y envanece a nuestros autores en sueños de gloria literaria.
Un libro que conecta por su desprejuiciamiento y su tono paródico con una gran novela de un compañero de generación; Antonio ORejudo y su "FAbulosas narraciones por historias". Sin duda, Pedro, un acercamiento muy estimulante a un libro vivo.
ResponderEliminarUn saludo.
Felicidades al autor de la crítica por hilvanar una frase tan larga (¡doce líneas!) que podría competir con cualquiera de Faulkner.
ResponderEliminarAparte esto, espléndida crítica, espléndido el libro y espléndido el autor.
Nota: no perderse los juicios y sentencias que Reig dictamina en la nueva etapa de El Cultural.
Gracias, por tu perspicacia Andrea. No sé muy bien quién eres, pero si intuyo una lectora atenta. Solo los buenos lectores son capaces de leer, sin respirar, una frase tan larga. Te agradezco la atención a mi crítica, algo que siempre quiero hacer con honestidad. Un saludo cordial, Pedro M. Domene
ResponderEliminarApetece mucho leer ese libro, pero vamos bien si quitamos a Javier Marias para poner a Fernando Marias. No se si ustedes han leido alguna novela de FM. Yo si y es subliteratura de la peor especie, aunque si alguien ha gustado de algun libro suyo agradecería comentario a favor para saber las razones, o alguna crítica en este magnifico blog
ResponderEliminarEste libro hay que leerlo y de hecho se lee y mucho, ya va por la tercera edición... para ser un ensayo que no ha escrito Aznar no está nada mal.
ResponderEliminarEsta semana por cierto me topé con el blog de Rafael Reig: http://hotelkafka.com/blogs/rafael_reig