viernes, febrero 19, 2016

La camisa del marido, Nélida Piñón


Trad. Roser Villagrasa. Alfaguara, Madrid, 2015. 162 pp. 16,90 €

Ignacio Sanz

Nunca había leído a Nélida Piñón, popular escritora brasileña de origen español, concretamente gallego, que ha recibido todo tipo de premios y reconocimientos; además de escritora ha desempeñado tareas de responsabilidad en instituciones culturales, academias y universitarias. Por todo ello sí había leído alguna entrevista en la que opinaba sobre diversos aspectos relacionados con la escritura y el periodismo. Recuerdo en concreto una respuesta que me impactó. Decía que no salimos de casa cada mañana a nuestro trabajo únicamente para traer el pan, el queso o el vino y compartirlo luego con los nuestros en la mesa. También salimos para recabar las historias que nos cuentan en el camino y compartirlas junto con los alimentos con los miembros de la familia. Porque esas historias acabarán orientándonos y dando sentido a nuestra vida.
Nélida Piñón reúne nueve cuentos en este volumen que comienza por el que da título al libro. En todos presenta un trasfondo complejo a partir de una situación particular. Podría decirse que se trata de cuentos que tienen como nexo la pasión, la sensualidad o la añoranza. También la soledad. Pero no hay un fondo doctrinario, eso se percibe con claridad. Quiero decir que los personajes resultan contradictorios, que a veces cojean, que el lector quisiera verlos más rebeldes o menos pusilánimes. Pero son así, posiblemente como correlato de los personajes reales en los que pudo inspirarse la autora. Mujeres colgadas de amoríos imposibles, mujeres apasionadas hasta el delirio, mujeres dominantas e irracionales, mujeres celosas, estúpidas y traidoras. El elenco de mujeres es variado. Como el de hombres, algunos machistas y castradores; otros tiernos, dejándose arrastrar por pasiones irracionales. Y, al fondo, la geografía exuberante de Brasil. Pero también bebe de la propia literatura. De ahí que la planicie manchega tenga protagonismo a través de don Quijote, Sancho, Dulcinea y Maritormes, personajes que juegan en un salón con espejos deformes que los reflejan. El emperador Carlos V es el personaje central de otro de los relatos. Y Camoens, autor de Os Luisiadas protagoniza el último, “La desdicha de la lira”, un relato de corte poético, precioso, en el que vemos al gran poeta portugués sobreviviendo en una Lisboa miserable que lo ignora acompañando por el mendigo indio que se arrastra a su lado. El poeta, creador de la grandeza de un pueblo, es ahora ignorado por todas esas familias nobles a las que ha dado, como Homero en la Odisea, un aliento definitivo.
En general me quedaría con los relatos escritos en primera persona, aquellos relatos en los que la subjetividad se acentúa. Lo digo porque algunos de los escritos en tercera resultan más distantes. Pero, en cualquier caso, qué gusto leer a una escritora culta que utiliza las pasiones, la propia literatura y la historia de cómo fuente de inspiración.

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