Francesc Miralles
De vez en cuando, una novela juvenil cruza las fronteras de su público natural para cautivar a lectores que bien pueden ser padres de adolescentes. Los denominados cross-over suelen tener un o una protagonista joven, pero el ingenio y profundidad de la trama es capaz de seducir a cualquier adulto sin prejuicios. Este es el caso de El corazón de Hannah, la segunda novela de Rocío Carmona.
Después del éxito de La gramática del amor, publicado en siete idiomas ―incluyendo el chino―, podía esperarse que la autora se abonara a una fórmula de éxito parecida. Pero en lugar de eso, nos ha sorprendido con un novelón como los de antes, en el mejor sentido de la palabra. El corazón de Hannah es de estas raras novelas en las que su autora se pone al servicio de una historia arrebatadora con el único fin de guiar al lector por las peripecias, ascensiones y caídas de un personaje inolvidable.
Hannah es una adolescente amish de Pensilvania que, tras enamorarse de un joven fotógrafo que hace un reportaje sobre su comunidad, huye de un mundo anclado en el siglo XVIII para arrojarse ―esa es la palabra justa, vista las desventuras que le esperan― a un Manhattan donde conocerá la miseria, la denigración y el engaño. El viaje de esta heroína de corazón puro está lleno de giros, descubrimientos y sobresaltos. En su camino encontrará unos excéntricos baúles ―neohippies que mendigan de pueblo en pueblo y ofrecen inspiradoras canciones de rock―, un gigante negro que vende respuestas en Harlem, el libidinoso propietario de un hotel donde entra a servir…
A la manera de los grandes autores de folletines ―Dickens entre ellos―, desde los primeros capítulos El corazón de Hannah es una montaña rusa que deja al lector sin aliento y le obliga, con una pistola narrativa en el pecho, a seguir leyendo y leyendo hasta la extenuación.
Una vez seducida por el avispado jovencito de ciudad, que cumple el sueño de echar un polvo con una bellísima e ingenua amish, es imposible no seguir la bajada a los infiernos de un personaje tan memorable. Tras ser duramente castigada en su propia comunidad, que la condena a servir ―prácticamente como esclava― a una ciega colérica, un inesperado vuelco permitirá a Hannah escapar en autoestop al mundo implacable ―por otros motivos― del siglo XXI, donde alberga la esperanza de que su enamorado la esté aguardando.
No diré lo que le sucede a su llegada a Nueva York, porque bastantes spoilers he soltado ya, pero debo decir que las calamidades ―y algunos placeres― que vive la protagonista me han recordado a los de iconos literarios como Oliver Twist o Holden Caulfield. Es difícil no enamorarse de Hannah y escandalizarse con la corte de crápulas que se han propuesto hundirla en el lodo.
En suma, nos encontramos ante una narración clásica y a la vez muy explícita, apasionante e impredecible ―es casi imposible anticipar ese final―, que tiene como trasfondo el choque entre el puritanismo hipócrita del XVIII y los abusos y corruptelas de nuestra época.
Hay que tener valor para escribir un drama tan entretenido y ambicioso como este, no exento de humor y revelaciones, en una era en la que tantos autores del género imitan la corriente de moda sin enriquecer en nada al lector.
Por eso y por muchas otras cosas, Rocío Carmona merece mi más sincero aplauso.
Rocío Carmona: "He sentido que daba un pasito adelante"
Rocío Carmona sorprendió a lectores y crítica con su primera novela, La gramática del amor, un homenaje a la literatura en clave de viaje iniciático. Ahora, publica El corazón de Hannah, una historia en que las tradiciones de la comunidad amish le sirven de excusa para narrar con suspense y emoción un despertar al mundo y, por supuesto, a los sentimientos.
Entrevista de Care Santos
—Lo primero que sorprende de El corazón de Hannah es que haya elegido a la comunidad Amish como protagonista de la novela. ¿Por qué ellos?
—Un amigo me trajo una revista alemana donde aparecía un artículo acerca de una mujer amish que había abandonado a su marido y a su comunidad para marcharse a Nueva York. La historia me impactó y ese fue el germen de la novela. Me pareció muy atractivo imaginar qué podría pasarle a una chica que ha vivido toda su vida en una comunidad muy religiosa y cerrada, en un contexto rural y con costumbres más propias de otra época, cuando de repente se ve en una gran ciudad, alejada del mundo pequeño y lento que ha conocido hasta el momento.
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Qué puedo decir de esta reseña. Me ha encantado, pero es que la novela lo vale. Es maravillosa. Un placer viajar de la mano de Hannah.
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