IX Premio de Arte Joven (Poesía) de la Comunidad de Madrid. Hiperión, Madrid, 2006. 75 pp. 7 € / Calambur, Madrid, 2006. 71 pp. 8 €
Elena Medel
Culpemos al azar de la coincidencia en librerías de dos títulos de Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978), Bajo la lluvia equivocada e Invención de gato, distantes en el tiempo de escritura y unidos en el de edición. La historia, qué curioso, parece repetirse: Estrellas por la alfombra, su ópera prima, apareció en Hiperión a finales de 2001, y Vocación de rabia —su segundo libro— fue editado por la Universidad de Granada en la primavera de 2002. Sin embargo, frente a los puntos en común de aquellos dos primeros títulos, los poemarios más recientes de Pérez-Sauquillo transitan caminos diferentes, señalando otras posibilidades para el ya firme imaginario de la autora.
En aquellos pasos iniciales nos sorprendía una voz definida, reconocible y, a la vez, muy personal. Vanesa Pérez-Sauquillo acotaba su territorio en el poema breve, cómodo en la mezcla de descripción y sugerencia, bajo el dominio de la intimidad, recurriendo a objetos cotidianos —un calidoscopio, una matrícula de coche, una copa— como punto de partida, y envolviéndolos con metáforas que apelan a lo sensorial y a la memoria. De esta manera, la poesía de Pérez-Sauquillo se asemejaba, en cierto modo, a un álbum de fotografías: imágenes poderosas para contar historias.
Y Bajo la lluvia equivocada es la entrega que, en este sentido, mejor enlaza con sus libros anteriores: posterior a Invención de gato en escritura, pero anterior en publicación, desarrolla todas estas pistas, y añade una, la de la elipsis, en la que todos los poemas comienzan en minúscula, advirtiendo que antes existió algo desconocido para el lector, pero definitorio para el poema. Bajo la lluvia equivocada proviene de un verso de Dylan Thomas, poeta traducido por Pérez-Sauquillo, y cuyos versos abren cada bloque; bajo la admonición del galés se narra, entonces, la historia de una relación ya terminada, recorriendo el pasado desde el presente. Con un telúrico poema a modo de apertura, Bajo la lluvia equivocada se divide en un prólogo, tres bloques y un epílogo. El nombre de cada bloque —“Primera vuelta”, “Segunda vuelta”, “Tercera vuelta”— alude a cada etapa de la relación, conectando con el último poema del prólogo: «si le das una vuelta al corazón recordarás la edad», que marca el tiempo presente del pórtico y actúa, además, como plástico símbolo del ejercicio de memoria que supone cada parte del poemario.
Dos voces —una más reflexiva, señalada por la cursiva, y otra más visceral— se escuchan en Bajo la lluvia equivocada, cuyos tramos narran el comienzo y la plenitud de la relación, los altibajos, la ruptura y la nostalgia. Es constante la brevedad en los poemas, algunos incluso de apenas dos o tres versos: «atrévete conmigo./ Soy joven./ Tengo mucho deseo que perder». Abundan, y esto resulta nuevo, las referencias a lo animal y la naturaleza. Y la tensión entre dolor e ironía, los juegos de palabras, el ingenio y las citas —de autores como Jorge Teillier o Nicanor Parra, que marca el original “(…) éste es mi contestador automático”— emparientan a Pérez-Sauquillo con la poesía latinoamericana aunque, más que con los nombres aludidos, su decir me recuerda más autoras como Alfonsina Storni o Alejandra Pizarnik, cuyos ecos suenan tanto, y tan claros, en este poemario sobre el deseo.
Y si la poesía latinoamericana es la referencia más visible de Bajo la lluvia equivocada, Invención de gato se muestra como una rareza —no sólo en cuanto a coordenadas, sino también en aspectos formales, como una mayor extensión de los poemas— en la poética de Pérez-Sauquillo: los términos narración y memoria, que ya había bordeado al referirme a sus otros libros, toman cuerpo verdadero desde el título a sus versos. «Dentro todo es leyenda», comienzan el primer y el último poema, encerrando historias sobre amantes, pintores, bailaoras, fantasmas, emigrantes y demás fauna, encabezada siempre por el gato insomne, que recorre las casas de tejado en tejado, y recurriendo a la peculiaridad de las casas viejas de Cartagena, ya derruidas y convertidas en solares, como excusa. Pérez-Sauquillo recupera aquello que latió en lo que hoy ya no existe, y es que Invención de gato tiene mucho de reinvención, valga la redundancia, de la poesía popular —en su atmósfera, en su tono y en algunas de las imágenes, como las «cuatro vetas de luna»—, además de exhibir una pulsión teatral en su estructura, con poemas que se conciben como cuadros, con un atrezzo leve, despojado hasta la esencia, y una fuerte carga metafórica.
Culpemos al azar, sí, pero también agradezcamos esta coincidencia, que nos permite afianzar una de las facetas de la autora, y descubrir otra bien diferente. Un hecho que en otro caso desataría lamentos —es inevitable que dos libros, y del mismo género, acaben solapándose y, por tanto, perjudiquen su difusión—, en el de Vanesa Pérez-Sauquillo se alza como motivo para la alegría. La lectura de cualquiera de ellos, Bajo la lluvia equivocada o Invención de gato, es una buena elección: les aseguro que, al toparse con el punto final de uno, correrán a por el otro.
Elena Medel
Culpemos al azar de la coincidencia en librerías de dos títulos de Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978), Bajo la lluvia equivocada e Invención de gato, distantes en el tiempo de escritura y unidos en el de edición. La historia, qué curioso, parece repetirse: Estrellas por la alfombra, su ópera prima, apareció en Hiperión a finales de 2001, y Vocación de rabia —su segundo libro— fue editado por la Universidad de Granada en la primavera de 2002. Sin embargo, frente a los puntos en común de aquellos dos primeros títulos, los poemarios más recientes de Pérez-Sauquillo transitan caminos diferentes, señalando otras posibilidades para el ya firme imaginario de la autora.
En aquellos pasos iniciales nos sorprendía una voz definida, reconocible y, a la vez, muy personal. Vanesa Pérez-Sauquillo acotaba su territorio en el poema breve, cómodo en la mezcla de descripción y sugerencia, bajo el dominio de la intimidad, recurriendo a objetos cotidianos —un calidoscopio, una matrícula de coche, una copa— como punto de partida, y envolviéndolos con metáforas que apelan a lo sensorial y a la memoria. De esta manera, la poesía de Pérez-Sauquillo se asemejaba, en cierto modo, a un álbum de fotografías: imágenes poderosas para contar historias.
Y Bajo la lluvia equivocada es la entrega que, en este sentido, mejor enlaza con sus libros anteriores: posterior a Invención de gato en escritura, pero anterior en publicación, desarrolla todas estas pistas, y añade una, la de la elipsis, en la que todos los poemas comienzan en minúscula, advirtiendo que antes existió algo desconocido para el lector, pero definitorio para el poema. Bajo la lluvia equivocada proviene de un verso de Dylan Thomas, poeta traducido por Pérez-Sauquillo, y cuyos versos abren cada bloque; bajo la admonición del galés se narra, entonces, la historia de una relación ya terminada, recorriendo el pasado desde el presente. Con un telúrico poema a modo de apertura, Bajo la lluvia equivocada se divide en un prólogo, tres bloques y un epílogo. El nombre de cada bloque —“Primera vuelta”, “Segunda vuelta”, “Tercera vuelta”— alude a cada etapa de la relación, conectando con el último poema del prólogo: «si le das una vuelta al corazón recordarás la edad», que marca el tiempo presente del pórtico y actúa, además, como plástico símbolo del ejercicio de memoria que supone cada parte del poemario.
Dos voces —una más reflexiva, señalada por la cursiva, y otra más visceral— se escuchan en Bajo la lluvia equivocada, cuyos tramos narran el comienzo y la plenitud de la relación, los altibajos, la ruptura y la nostalgia. Es constante la brevedad en los poemas, algunos incluso de apenas dos o tres versos: «atrévete conmigo./ Soy joven./ Tengo mucho deseo que perder». Abundan, y esto resulta nuevo, las referencias a lo animal y la naturaleza. Y la tensión entre dolor e ironía, los juegos de palabras, el ingenio y las citas —de autores como Jorge Teillier o Nicanor Parra, que marca el original “(…) éste es mi contestador automático”— emparientan a Pérez-Sauquillo con la poesía latinoamericana aunque, más que con los nombres aludidos, su decir me recuerda más autoras como Alfonsina Storni o Alejandra Pizarnik, cuyos ecos suenan tanto, y tan claros, en este poemario sobre el deseo.
Y si la poesía latinoamericana es la referencia más visible de Bajo la lluvia equivocada, Invención de gato se muestra como una rareza —no sólo en cuanto a coordenadas, sino también en aspectos formales, como una mayor extensión de los poemas— en la poética de Pérez-Sauquillo: los términos narración y memoria, que ya había bordeado al referirme a sus otros libros, toman cuerpo verdadero desde el título a sus versos. «Dentro todo es leyenda», comienzan el primer y el último poema, encerrando historias sobre amantes, pintores, bailaoras, fantasmas, emigrantes y demás fauna, encabezada siempre por el gato insomne, que recorre las casas de tejado en tejado, y recurriendo a la peculiaridad de las casas viejas de Cartagena, ya derruidas y convertidas en solares, como excusa. Pérez-Sauquillo recupera aquello que latió en lo que hoy ya no existe, y es que Invención de gato tiene mucho de reinvención, valga la redundancia, de la poesía popular —en su atmósfera, en su tono y en algunas de las imágenes, como las «cuatro vetas de luna»—, además de exhibir una pulsión teatral en su estructura, con poemas que se conciben como cuadros, con un atrezzo leve, despojado hasta la esencia, y una fuerte carga metafórica.
Culpemos al azar, sí, pero también agradezcamos esta coincidencia, que nos permite afianzar una de las facetas de la autora, y descubrir otra bien diferente. Un hecho que en otro caso desataría lamentos —es inevitable que dos libros, y del mismo género, acaben solapándose y, por tanto, perjudiquen su difusión—, en el de Vanesa Pérez-Sauquillo se alza como motivo para la alegría. La lectura de cualquiera de ellos, Bajo la lluvia equivocada o Invención de gato, es una buena elección: les aseguro que, al toparse con el punto final de uno, correrán a por el otro.
Lo tengo en la mano ahora mismo, mientras hago un maldito plan de rodaje :-) Debería estar durmiendo, Santo Dios.
ResponderEliminarBuenos días. Acabo de descubrir esta página. ¡Es interesantísima! Os animo a seguir.
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarHoy estuve en la presentación del libro "El Arquero inmóvil" que tuvo lugar en el Hotel Kafka y ha sido editado por Eduardo Becerra y publicado por Páginas de Espuma.
Allí conocí a la simpática y afable Cristina Cerrada, que me comentó la existencia de este Blog.
Nosotros hemos publicado una reseña también de dos poemarios de Vanesa Pérez-Sauquillo, por si a alguien le interesa esta poetisa en particular.
Un saludo y nos leemos por aquí.
--
Waldo Art
Blog Escritores
http://escritores.wordpress.com/
A mí me pareció un libro excelente, Bajo la lluvia equivocada, y creo que marca un despegue de la autora en la búsqueda de su propio lenguaje.
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