martes, enero 20, 2015

Un viaje llamado vida, Banana Yosimoto

Trad. Rumi Sato. Satori, Gijón, 2014. 208 pp. 17 €

Santiago Pajares

«Un viaje, no importa lo desastroso que resulte, en la memoria se transforma en algo maravilloso». Con esta reflexión, expresada en voz alta por uno de los amigos de la propia autora, abre el libro. Esto no es una novela, vaya esto por delante. Y no lo digo como crítica, sino para tener las cosas claras antes de ponernos a leer. En este libro la autora nos hará un repaso por las reflexiones que ha tenido a lo largo de sus viajes por el mundo, pequeñas anécdotas de las que ha ido extrayendo sus propias verdades fundamentales, muchas de ellas fruto de la comparación de otros entornos con su Tokio natal.
Como escritora Banana Yoshimoto, traducida a veinte lenguas, ha tenido que hacer una gran cantidad de viajes promocionales, primero soltera, luego casada y después con su primer hijo. En las pausas de estos viajes es cuando se daba cuenta de que ella misma, su forma de pensar y de afrontar los actos de cada día, eran distintos respecto a Japón, y se preguntaba el por qué de esa nueva actitud. Tomamos como ejemplo unos arbustos de tomillo en la toscana italiana, y como el olor con el que impregnaban el aire circundante le hacían pensar en la pequeña planta de tomillo de su apartamento de Tokio, a la cual apenas lograba mantener viva en ese entorno urbano. Con cada viaje, cada comida, cada interacción humana, Banana Yoshimoto nos hace pensar en la forma en la que podemos afrontar nuestra jornada. Con estos relatos podremos avanzar desde sus días como camarera cuando publicó su primera novela (Kitchen, 1988), su primer amor adolescente, su débil salud a la que siempre debe permanecer atenta , las supersticiones de su país o su propia alimentación y lo que ello supone.
Esta es la primera parte de unos volúmenes donde la autora tratará de arrojar luz sobre muchos de los temas que la atormentan y la hacen reflexionar, como persona, como ciudadana japonesa y como autora literaria. En el siguiente volumen, ya a la venta en Japón pero aún no traducido, afrontará la pérdida y muerte de sus padres.
Los recuerdos de la autora están clasificados en tres secciones: Recuerdos de lugares en los que ha vivido o de sus viajes, recuerdos que le llegan a través de personas, y por último, recuerdos de los ausentes. Sin orden cronológico, igual que los almacenamos en la cabeza.
Este es un libro especial para los admiradores de la autora japonesa, entre los que me incluyo, una forma de acercarnos, a través de sus experiencias, un poco más a su literatura y su persona. Con pequeños capítulos de pocas páginas, nos hace pensar, nos coge de la mano y podemos pasear con ella para ver esas puestas de sol, cómo florecen los tulipanes o comer rodajas de sandía. Porque como la propia Banana Yoshimoto nos cuenta, nuestro viaje en la vida es una búsqueda de recuerdos, para que cuando muramos dentro de muchos años los podamos llevar con nosotros y sentir que hemos cumplido nuestra tarea en este mundo.
Con este libro Satori ediciones abre su nueva colección ‘Satori contemporánea’, con la que intentará acercar al público a autores consagrados y nuevas voces narrativas de la literatura japonesa actual.

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