Salvador Gutiérrez Solís
No te quedes ahí. Vamos, entra, ya estamos todos. Tras la cortina, la puerta: está abierta. No debe ningún lector temer entrar en La habitación oscura, aún a sabiendas de encontrarse en ella, porque se encontrará. De un modo u otro, estamos todos, y nos reconoceremos, en esa mano que nos roza junto al sofá, en las pisadas silenciosas del centro, en los jadeos de la esquina, en ese espejo en el que se transforma la habitación, cuando la oscuridad lo ocupa todo.
La habitación oscura de Isaac Rosa es, sencillamente, una novela prodigiosa, un sublime artefacto literario que cuenta con todos esos ingredientes y elementos que convierten la narrativa, el contar una historia, en un apasionante proceso vital que te sacude, acaricia, empuja, insulta, atrapa o apabulla.
Isaac Rosa demuestra con esta novela que es uno de los autores con más talento que podemos encontrar en la narrativa escrita en español, y no añado ningún adjetivo posterior, del tipo joven, de su generación o similares, a esta afirmación. Lo intuimos en El vano ayer, lo refrendamos en la deslumbrante El país del miedo, lo confirmó en La mano invisible y exhibe ya toda su madurez en La habitación oscura. Título tras título, Rosa ha crecido en técnica, en transparencia, en dominio y, sobre todo, en sinceridad.
Una sinceridad real, esa que a todos nos ocupa y, seguramente, preocupa. Nos cuentan cada día que vivimos por encima de nuestras posibilidades, que la fiesta acabó y que ha llegado la hora de reponer los vasos rotos y limpiar el suelo. La habitación oscura nos cuenta ese trayecto, programado e ideológico, entre la fiesta y la resaca, entre la opulencia, en la que todos participamos de un modo u otro, y este desánimo actual que nos asola. Todo aquello tenía un precio, claro.
La habitación oscura es una novela social, crítica, política, y por todo ello realista. Nos muestra quince años de auge y caída, de cielo e infierno, de sueños posibles e ilusiones rotas. Es, además, una novela que no obvia la autocrítica, especialmente en todo lo relativo a esa reacción de escaparate que irrumpe con fuerza en las redes sociales, en las portadas de los periódicos, pero que no logra sus objetivos, ya que luego se diluye tras su representación y no hace mella en el poder.
Las nuevas tecnologías también están muy presentes en la novela de Isaac Rosa, pero como un elemento más de sometimiento y control. Entregamos nuestras vidas y sus cosas, nuestra intimidad, a una especie de habitación oscura virtual, sin tener muy claro quién, por qué y para qué nos están observando. Una reflexión muy acertada, alerta: tenemos muy cerca al enemigo, en este tiempo de consagración de lo propio como un espacio global.
No debes tener miedo a la hora de entrar en La habitación oscura, aunque te encuentres y no te agrade el reflejo que contemples. Eres tú, soy yo, somos todos nosotros. Isaac Rosa ha escrito una novela que situará una nueva coordenada en el mapa de la Literatura española, una proverbial recreación de la época que nos ha tocado vivir, la mas veraz demostración de que la novela, cuando compromiso y talento van de la mano, sigue cumpliendo con su cometido: contar su tiempo. Anda, entra, no temas. No puedes dejar de hacerlo.
Me la apunto, con una reseña así es imposible que no quiera leerla. ¡Besos!
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