Cristina Davó Rubí
En los tiempos que corren, es un bálsamo leer un libro como este. Y digo bálsamo, aunque no se encuentra optimismo alguno, porque esperanza saber que aún queda gente lúcida que se atreve a decir verdades, a criticar sin sectarismo y a reivindicar la inteligencia de la ciudadanía ante los abusos que se están cometiendo. Manifiesto personal de Ana María Moix (Barcelona, 1947) es, como el título afirma, una exposición propia y personalísima de lo que está sucediendo en nuestro país, pero avalada por el espíritu crítico y observador de una escritora con un amplio bagaje cultural. Su enfoque es el del ciudadano de a pie, cuyo estado de ánimo es ahora mismo la indignación. Moix, en contacto directo con la realidad, recopila anécdotas y abarca ámbitos tan diversos como la juventud, la educación, el paro, el consumismo, la especulación inmobiliaria, los derechos de la mujer, o la ancianidad. Todo ello con un ataque radical a la clase política en general, descastada, falta de ideales y guiada por el poder de los mercados, según su opinión.
El lenguaje utilizado no podría ser más natural y claro, cualquier lector entenderá y se sentirá identificado en alguna de las situaciones que muestra la autora, sino en todas. Sin embargo, se nota el saber hacer que convierte un texto sencillo en una obra de singular calidad humanística. No debería de pasar desapercibido este libro destinado a mover conciencias. Que busca la organización, la solidaridad para cambiar una situación que está arrasando con todas las seguridades que teníamos. Un toque de atención sobre los padres que desatienden la educación de sus hijos, sobre el desamparo en que se encuentran sectores de la sociedad como las viudas o los ancianos, sobre una construcción desaforada que nos ha puesto al límite del abismo, sobre la debilidad de nuestra democracia. Pasado el tiempo de las vacas gordas, Ana María Moix apela al desconcierto y a la desilusión para movilizarnos, para que luchemos por la recuperación de un sistema democrático que es el mejor de los posibles. Si algo positivo encontramos en este manifiesto amargo es la posibilidad del cambio. Que la crisis haga replantearnos nuestros valores y prioridades, ponernos en el lugar del otro, y no seguir dejándonos subyugar por discursos envenenados y arteros.
Ana María Moix es la única mujer incluida por José María Castellet en la antología Nueve novísimos poetas españoles (1968). Llamada por sus amigos cariñosamente “la Nena”, para diferenciarla de su hermano Terenci, reúne numerosos reconocimientos a su carrera literaria, como escritora, periodista, traductora y editora. Siempre ha estado vinculada al compromiso con causas justas y se ha declarado abiertamente feminista y de izquierdas. Ahora, además, está enfadada. Por eso lanza este dardo para quien lo quiera recibir.
¿Qué se quiere vender aquí, el nombre de la traductora -que aparece cinco veces- o el del escritor -solo cuatro-? ¿Qué es "lo importante"?
ResponderEliminarYa sabemos que muchas veces leemos traducciones y que el traductor es importante aunque no sea conocido. Pero esto...esto parece (es) otra cosa..