Trad. José Luis Gil Aristu. Galaxia-Gutenberg. Barcelona, 2010. 975 pp. 30 €
Julián Díez
2.250.000 muertos, 16 millones de desplazados y 200.000 niños nacidos como fruto de violaciones es el balance de la posguerra alemana que muestra Después del Reich. El británico Giles MacDonogh, especialista en historia alemana, lleva a cabo un balance exhaustivo, creo que no realizado hasta la fecha por su amplitud y objetividad, sobre los acontecimientos que se produjeron en Europa Central después de la caída del régimen nazi, y que no creo muy conocidos para el lector medio con curiosidad por la divulgación histórica.
Sería fácil dar de lado el trabajo de MacDonogh buscándole intencionalidades ocultas; en una época en que vemos que la sensibilidad sobre el tema sigue a flor de piel, como muestran recientes batallas twitteras, presentar a los alemanes de posguerra en víctimas puede ser interpretado como un intento de ocultar o relativizar las atrocidades que cometieron previamente. Sin embargo, el autor es claro desde el principio al respecto: «Este libro no pretende excusar a los alemanes, pero no duda en poner en evidencia a los Aliados victoriosos por el modo en que trataron a los enemigos en tiempos de paz, pues en la mayoría de los casos no se violó, mató de hambre, torturó o apaleó hasta la muerte a los culpables sino a inocentes. Los verdaderos asesinos murieron con demasiada frecuencia en la cama».
MacDonogh cuenta con una documentación abundante y es capaz de presentarla de manera organizada y fácil de consultar, lo que resulta todo un logro hoy en día cuando abundan textos de este tipo que se deslizan hacia el descontrol narrativo. Su prosa es clara y directa, de obvia inspiración periodística -para bien, de cuando este calificativo significaba precisión y sobriedad-. Los relatos de hechos interesantes y apenas conocidos se suceden: la ocupación de campos de concentración para ser empleados como nuevos campos de prisioneros, los desplazamientos masivos de una escala incomprensible para los parámetros actuales, en particular en Europa; la corrupción, la pobreza y la violencia generalizadas en ambos bandos.
Que Alemania fuera capaz de sobreponerse a situaciones tan extremas como la atroz miseria moral del nazismo y la posterior represalia de sus vencedores supone una reflexión final tras la lectura del libro que ofrece, una vez más, un triste contraste con la realidad que nos rodea.
Julián Díez
2.250.000 muertos, 16 millones de desplazados y 200.000 niños nacidos como fruto de violaciones es el balance de la posguerra alemana que muestra Después del Reich. El británico Giles MacDonogh, especialista en historia alemana, lleva a cabo un balance exhaustivo, creo que no realizado hasta la fecha por su amplitud y objetividad, sobre los acontecimientos que se produjeron en Europa Central después de la caída del régimen nazi, y que no creo muy conocidos para el lector medio con curiosidad por la divulgación histórica.
Sería fácil dar de lado el trabajo de MacDonogh buscándole intencionalidades ocultas; en una época en que vemos que la sensibilidad sobre el tema sigue a flor de piel, como muestran recientes batallas twitteras, presentar a los alemanes de posguerra en víctimas puede ser interpretado como un intento de ocultar o relativizar las atrocidades que cometieron previamente. Sin embargo, el autor es claro desde el principio al respecto: «Este libro no pretende excusar a los alemanes, pero no duda en poner en evidencia a los Aliados victoriosos por el modo en que trataron a los enemigos en tiempos de paz, pues en la mayoría de los casos no se violó, mató de hambre, torturó o apaleó hasta la muerte a los culpables sino a inocentes. Los verdaderos asesinos murieron con demasiada frecuencia en la cama».
MacDonogh cuenta con una documentación abundante y es capaz de presentarla de manera organizada y fácil de consultar, lo que resulta todo un logro hoy en día cuando abundan textos de este tipo que se deslizan hacia el descontrol narrativo. Su prosa es clara y directa, de obvia inspiración periodística -para bien, de cuando este calificativo significaba precisión y sobriedad-. Los relatos de hechos interesantes y apenas conocidos se suceden: la ocupación de campos de concentración para ser empleados como nuevos campos de prisioneros, los desplazamientos masivos de una escala incomprensible para los parámetros actuales, en particular en Europa; la corrupción, la pobreza y la violencia generalizadas en ambos bandos.
Que Alemania fuera capaz de sobreponerse a situaciones tan extremas como la atroz miseria moral del nazismo y la posterior represalia de sus vencedores supone una reflexión final tras la lectura del libro que ofrece, una vez más, un triste contraste con la realidad que nos rodea.
Parece muy buen libro :D
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