martes, enero 25, 2011

Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media, Jacques Le Goff

Trad. José Miguel González Marcén. Paidós, Barcelona, 2010. 220 pp. 25 €

Ángeles Prieto

Todo estudiante de historia que, en los últimos treinta años, haya pasado por una Facultad cualquiera, ha leído, estudiado y aprehendido los conocimientos que despliega Jacques Le Goff sobre la Edad Media en su obra. Y la razón de esta obligatoriedad estriba no sólo en el dominio de los múltiples aspectos que conforman su autoridad como medievalista, sino ante todo en su lupa especial y ojo crítico, como alma mater de la Escuela de Annales, que ha supuesto una auténtica revolución en nuestra forma de entender la Historia, pues tras Le Goff y su legado, ésta ya no es lo que era.
Ya que tras el aldabonazo que supuso en 1962 la publicación de La civilización del occidente medieval, obra asimismo incluida en esta colección y con la que se consagró como heredero de Bloch, Febvre y Braudel, los más grandes historiadores franceses, Le Goff no ha dejado de defender en su obra lo que denominados “Nueva Historia”: mucho más amplia y abierta, abocada a la comunicación subjetiva y honesta con el lector y no sólo con el erudito o especialista, deudora de la antropología, la economía y otras ciencias sociales, alejada del cronicón o relación de hechos ordenados sin reflexión ni sentido, capaz de integrar lo real con lo imaginario y dispuesta a conceder su sitio, como auténticos protagonistas, también a aquéllos que no formaron parte de las clases y grupos dominantes.
Porque la “Nueva Historia” de Le Goff busca no sólo hablarnos del pasado, de los grandes nombres propios de otros tiempos que acumulan tiempo y olvido, sino de nosotros y esta vida nuestra que avanza con aciertos y errores gracias al legado de unos antepasados que nos transmitieron ideologías y sistemas, ciudades, objetos artísticos, espacios para la reflexión, libros y símbolos.
Pues bien, un ejemplo hermoso de esa manera peculiar con la que este maestro de la Historia nos despliega su sabiduría, lo encontramos en este libro: Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media, donde a través de una serie de artículos muy bien definidos y estructurados, vamos a conocer las claves que conforman esos diez siglos largos que llamamos Edad Media, Dark Age o Tiempos Oscuros, esos mismos que acumulan tantos tópicos de ignorancia y oscurantismo, en absoluto merecidos.
Y es que a través de esos artículos, aparentemente inconexos, pero alternados con sabiduría (el rey Arturo y Carlomagno, el caballero, el juglar y el trovador, las catedrales y los claustros, Merlín y Melusina, el Cid, Roldán y Robin de los bosques, Renart y el unicornio, la mesnada Hellequin y la valquiria, Tristán e Isolda y la papisa Juana); Le Goff pretende nada menos que lograr definirnos, o como poco, informarnos con rigor preciso de cuáles son las claves medievales con las que ahora mismo (del Cid al 11-S), estamos construyendo nuestro futuro.
Pues en este libro concreto, y a través de sus artículos, Le Goff no sólo se limita a exponernos la génesis medieval de cómo, cuándo, dónde y por qué surgieron cada uno de estos mitos, sino que los traslada a través de las distintas lecturas históricas que los humanos hemos realizado sobre ellos en épocas sucesivas, buscando respuestas actuales a la cuestión más difícil que todo buen historiador debe plantearse: para qué surgieron.
La historia medieval, por tanto, esa que atesora en sí misma dos grandes renacimientos culturales (Carlomagno y Dante), esa que tan mal nos transmitieron plena de piojos y miserias, guerras y analfabetos, integrismo religioso, hierro y fuego, con esta obra concreta se nos despliega fascinante, fértil y lúcida en la elaboración de unos mitos y unos espacios muy elaborados, cultos y complejos, que sirven perfectamente para definirnos y que nos despojan de superioridad frente a ellos: las gigantescas catedrales contra los imponentes rascacielos.
Y dada la amenidad, el rigor, la hermosura y sabiduría desplegada en este libro, una no puede menos que preguntarse qué hacen tantos lectores perdiendo tiempo y dinero intentado informarse de la Edad Media a través de novelones plagados de anacronismos, para qué necesitan proseguir los avatares de unos héroes y villanos prefabricados que podemos encontrar en la propia historiografía, pero que transmitidos con pasión, diversión, sabiduría y diligencia, como en este caso, nos deslumbran con mayor intensidad, retención y eficacia. Es por ello que sólo puedo concluir, tras esta grata lectura que, afortunadamente para la literatura histórica actual, no existen en el mercado editorial manuales tan hechiceros y precisos como éste. Háganse con él cuanto antes, es mi consejo.

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