Ángeles Prieto
Todo estudiante de historia que, en los últimos treinta años, haya pasado por una Facultad cualquiera, ha leído, estudiado y aprehendido los conocimientos que despliega Jacques Le Goff sobre la Edad Media en su obra. Y la razón de esta obligatoriedad estriba no sólo en el dominio de los múltiples aspectos que conforman su autoridad como medievalista, sino ante todo en su lupa especial y ojo crítico, como alma mater de la Escuela de Annales, que ha supuesto una auténtica revolución en nuestra forma de entender la Historia, pues tras Le Goff y su legado, ésta ya no es lo que era.
Ya que tras el aldabonazo que supuso en 1962 la publicación de La civilización del occidente medieval, obra asimismo incluida en esta colección y con la que se consagró como heredero de Bloch, Febvre y Braudel, los más grandes historiadores franceses, Le Goff no ha dejado de defender en su obra lo que denominados “Nueva Historia”: mucho más amplia y abierta, abocada a la comunicación subjetiva y honesta con el lector y no sólo con el erudito o especialista, deudora de la antropología, la economía y otras ciencias sociales, alejada del cronicón o relación de hechos ordenados sin reflexión ni sentido, capaz de integrar lo real con lo imaginario y dispuesta a conceder su sitio, como auténticos protagonistas, también a aquéllos que no formaron parte de las clases y grupos dominantes.
Porque la “Nueva Historia” de Le Goff busca no sólo hablarnos del pasado, de los grandes nombres propios de otros tiempos que acumulan tiempo y olvido, sino de nosotros y esta vida nuestra que avanza con aciertos y errores gracias al legado de unos antepasados que nos transmitieron ideologías y sistemas, ciudades, objetos artísticos, espacios para la reflexión, libros y símbolos.
Pues bien, un ejemplo hermoso de esa manera peculiar con la que este maestro de la Historia nos despliega su sabiduría, lo encontramos en este libro: Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media, donde a través de una serie de artículos muy bien definidos y estructurados, vamos a conocer las claves que conforman esos diez siglos largos que llamamos Edad Media, Dark Age o Tiempos Oscuros, esos mismos que acumulan tantos tópicos de ignorancia y oscurantismo, en absoluto merecidos.
Y es que a través de esos artículos, aparentemente inconexos, pero alternados con sabiduría (el rey Arturo y Carlomagno, el caballero, el juglar y el trovador, las catedrales y los claustros, Merlín y Melusina, el Cid, Roldán y Robin de los bosques, Renart y el unicornio, la mesnada Hellequin y la valquiria, Tristán e Isolda y la papisa Juana); Le Goff pretende nada menos que lograr definirnos, o como poco, informarnos con rigor preciso de cuáles son las claves medievales con las que ahora mismo (del Cid al 11-S), estamos construyendo nuestro futuro.
Pues en este libro concreto, y a través de sus artículos, Le Goff no sólo se limita a exponernos la génesis medieval de cómo, cuándo, dónde y por qué surgieron cada uno de estos mitos, sino que los traslada a través de las distintas lecturas históricas que los humanos hemos realizado sobre ellos en épocas sucesivas, buscando respuestas actuales a la cuestión más difícil que todo buen historiador debe plantearse: para qué surgieron.
La historia medieval, por tanto, esa que atesora en sí misma dos grandes renacimientos culturales (Carlomagno y Dante), esa que tan mal nos transmitieron plena de piojos y miserias, guerras y analfabetos, integrismo religioso, hierro y fuego, con esta obra concreta se nos despliega fascinante, fértil y lúcida en la elaboración de unos mitos y unos espacios muy elaborados, cultos y complejos, que sirven perfectamente para definirnos y que nos despojan de superioridad frente a ellos: las gigantescas catedrales contra los imponentes rascacielos.
Y dada la amenidad, el rigor, la hermosura y sabiduría desplegada en este libro, una no puede menos que preguntarse qué hacen tantos lectores perdiendo tiempo y dinero intentado informarse de la Edad Media a través de novelones plagados de anacronismos, para qué necesitan proseguir los avatares de unos héroes y villanos prefabricados que podemos encontrar en la propia historiografía, pero que transmitidos con pasión, diversión, sabiduría y diligencia, como en este caso, nos deslumbran con mayor intensidad, retención y eficacia. Es por ello que sólo puedo concluir, tras esta grata lectura que, afortunadamente para la literatura histórica actual, no existen en el mercado editorial manuales tan hechiceros y precisos como éste. Háganse con él cuanto antes, es mi consejo.
Ya que tras el aldabonazo que supuso en 1962 la publicación de La civilización del occidente medieval, obra asimismo incluida en esta colección y con la que se consagró como heredero de Bloch, Febvre y Braudel, los más grandes historiadores franceses, Le Goff no ha dejado de defender en su obra lo que denominados “Nueva Historia”: mucho más amplia y abierta, abocada a la comunicación subjetiva y honesta con el lector y no sólo con el erudito o especialista, deudora de la antropología, la economía y otras ciencias sociales, alejada del cronicón o relación de hechos ordenados sin reflexión ni sentido, capaz de integrar lo real con lo imaginario y dispuesta a conceder su sitio, como auténticos protagonistas, también a aquéllos que no formaron parte de las clases y grupos dominantes.
Porque la “Nueva Historia” de Le Goff busca no sólo hablarnos del pasado, de los grandes nombres propios de otros tiempos que acumulan tiempo y olvido, sino de nosotros y esta vida nuestra que avanza con aciertos y errores gracias al legado de unos antepasados que nos transmitieron ideologías y sistemas, ciudades, objetos artísticos, espacios para la reflexión, libros y símbolos.
Pues bien, un ejemplo hermoso de esa manera peculiar con la que este maestro de la Historia nos despliega su sabiduría, lo encontramos en este libro: Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media, donde a través de una serie de artículos muy bien definidos y estructurados, vamos a conocer las claves que conforman esos diez siglos largos que llamamos Edad Media, Dark Age o Tiempos Oscuros, esos mismos que acumulan tantos tópicos de ignorancia y oscurantismo, en absoluto merecidos.
Y es que a través de esos artículos, aparentemente inconexos, pero alternados con sabiduría (el rey Arturo y Carlomagno, el caballero, el juglar y el trovador, las catedrales y los claustros, Merlín y Melusina, el Cid, Roldán y Robin de los bosques, Renart y el unicornio, la mesnada Hellequin y la valquiria, Tristán e Isolda y la papisa Juana); Le Goff pretende nada menos que lograr definirnos, o como poco, informarnos con rigor preciso de cuáles son las claves medievales con las que ahora mismo (del Cid al 11-S), estamos construyendo nuestro futuro.
Pues en este libro concreto, y a través de sus artículos, Le Goff no sólo se limita a exponernos la génesis medieval de cómo, cuándo, dónde y por qué surgieron cada uno de estos mitos, sino que los traslada a través de las distintas lecturas históricas que los humanos hemos realizado sobre ellos en épocas sucesivas, buscando respuestas actuales a la cuestión más difícil que todo buen historiador debe plantearse: para qué surgieron.
La historia medieval, por tanto, esa que atesora en sí misma dos grandes renacimientos culturales (Carlomagno y Dante), esa que tan mal nos transmitieron plena de piojos y miserias, guerras y analfabetos, integrismo religioso, hierro y fuego, con esta obra concreta se nos despliega fascinante, fértil y lúcida en la elaboración de unos mitos y unos espacios muy elaborados, cultos y complejos, que sirven perfectamente para definirnos y que nos despojan de superioridad frente a ellos: las gigantescas catedrales contra los imponentes rascacielos.
Y dada la amenidad, el rigor, la hermosura y sabiduría desplegada en este libro, una no puede menos que preguntarse qué hacen tantos lectores perdiendo tiempo y dinero intentado informarse de la Edad Media a través de novelones plagados de anacronismos, para qué necesitan proseguir los avatares de unos héroes y villanos prefabricados que podemos encontrar en la propia historiografía, pero que transmitidos con pasión, diversión, sabiduría y diligencia, como en este caso, nos deslumbran con mayor intensidad, retención y eficacia. Es por ello que sólo puedo concluir, tras esta grata lectura que, afortunadamente para la literatura histórica actual, no existen en el mercado editorial manuales tan hechiceros y precisos como éste. Háganse con él cuanto antes, es mi consejo.
Hola, ¿donde puedo comprar este libro?
ResponderEliminar