Julián Díez
El hecho de que esta novela haya conseguido un premio de prestigio supone una excelente noticia, y merece mucho la pena abrir una reseña literaria de un libro español con buenas noticias. Quizá ese movimiento sutil pero innegable que se va respirando en el ambiente, la cristalización desde diferentes procedencias de una generación literaria “argumentista” amante de los géneros que pueda terminar, o al menos poner en su sitio –interpreten esto como quieran-, a la asfixiante hegemonía de la “literatura del yo” en el panorama nacional. Son individuos que, en contra de las preferencias de los inseguros necesitados de suplementos culturales, buscan entretener con sus historias. Gente que, además, entiende que una narración no puede disfrutarse si el escritor considera que el lector es estúpido, o si no hace los deberes correspondientes a un buen trabajo literario. Brillantes artesanos del buen contar que nos son muy necesarios en un panorama desde hace décadas infestado de aspirantes a artistas.
A diferencia de las novelas galardonadas anteriormente de José Carlos Somoza o Lorenzo Silva, que cultivaban géneros que empiezan a estar pasablemente bien vistos como el terrorífico o el policial, Félix Palma entra con El mapa del tiempo vagamente en el de la ciencia ficción, donde dio sus primeros pasos literarios hace más de tres lustros. Félix negó, con todo, que la novela sea cf en su presentación. Desde entonces, he oído al maestro César Mallorquí decir que ésta quizá sea la mejor novela española de cf de la historia. Por otra parte, nuestra anfitriona creyó oportuno que yo reseñara esta obra a su lado en mi calidad de supuesto experto en ese campo. Pero no tengo una respuesta al respecto: la propia novela confirma y desmiente con el paso de sus páginas su militancia en ese género, y no han faltado en los últimos años literatos relevantes que han empleado la iconografía o el corpus temático de la cf para hacer otras cosas, seguramente vecinas, pero quizá no directamente emparentadas.
Dicho todo esto, lo que sí es sin duda El mapa del tiempo es una novela amena, y un homenaje incondicional a la época de oro del narrador puro: la del final del siglo XIX en lengua inglesa. La era de Conrad, Stevenson, Conan Doyle, Stoker, y el H.G. Wells al que aquí se concede el protagonismo de la historia. También es una parábola sobre el propio hecho literario: Palma reflexiona de la mano de Wells sobre la conveniencia de escribir con el horizonte de buscar el prestigio o de satisfacer al lector.
La novela opta por esto último con un dinamismo narrativo en el que no faltan emociones y giros, y con un estilo que hace la lectura agradecida. Este factor resulta especialmente reseñable, por cuanto supone una evolución decisiva en la obra de Palma. Autor de relatos memorables, joyas de maquinaria exquisita que recomiendo incondicionalmente, los dos intentos previos de Palma en el territorio de la novela se veían precisamente lastrados por el mismo estilo miniaturista que resulta tan satisfactorio en piezas de 15 páginas. En El mapa del tiempo ha encontrado una voz propia pero no intrusiva –pese a que, curiosamente, como narrador se da el capricho de intervenir libérrimamente en el relato-, que dosifica las ocurrencias y aciertos formales para permitir antes que nada el desarrollo de las historias.
La novela se articula en tres partes complementarias, un poco a lo Tarantino, en las que Wells es personaje común, y la obsesión por la posibilidad del viaje en el tiempo hilo vertebrador. Personalmente, mi favorita es sin duda la segunda, una historia de amor bastante singular, en la que brilla un personaje femenino inicialmente algo tópico pero que con su posterior desarrollo termina por resultar cautivador. La primera, de estilo algo más recargado, supone un arranque lento en comparación, claramente sobrado de páginas; y la tercera, en la que las paradojas temporales se enrevesan y se pretende ofrecer unas conclusiones, se me antoja algo oscura; sospecho que existe un mensaje en las últimas páginas, pero admito que no lo percibo con claridad. Aunque El mapa del tiempo no es la novela redentora que la cf española ansía –y que, tal vez, no reciba nunca-, sí supone un avance en muchos sentidos por conseguir reconocimiento para su temática y por elevar otro poco el abanico de públicos a los que puede llegar la muy recomendable obra de Palma. Además, y seguramente en lo que supone su auténtico objetivo cumplido, es una novela que se lee con interés durante una caudalosa cantidad de páginas, y se cierra con expectativas futuras.
A diferencia de las novelas galardonadas anteriormente de José Carlos Somoza o Lorenzo Silva, que cultivaban géneros que empiezan a estar pasablemente bien vistos como el terrorífico o el policial, Félix Palma entra con El mapa del tiempo vagamente en el de la ciencia ficción, donde dio sus primeros pasos literarios hace más de tres lustros. Félix negó, con todo, que la novela sea cf en su presentación. Desde entonces, he oído al maestro César Mallorquí decir que ésta quizá sea la mejor novela española de cf de la historia. Por otra parte, nuestra anfitriona creyó oportuno que yo reseñara esta obra a su lado en mi calidad de supuesto experto en ese campo. Pero no tengo una respuesta al respecto: la propia novela confirma y desmiente con el paso de sus páginas su militancia en ese género, y no han faltado en los últimos años literatos relevantes que han empleado la iconografía o el corpus temático de la cf para hacer otras cosas, seguramente vecinas, pero quizá no directamente emparentadas.
Dicho todo esto, lo que sí es sin duda El mapa del tiempo es una novela amena, y un homenaje incondicional a la época de oro del narrador puro: la del final del siglo XIX en lengua inglesa. La era de Conrad, Stevenson, Conan Doyle, Stoker, y el H.G. Wells al que aquí se concede el protagonismo de la historia. También es una parábola sobre el propio hecho literario: Palma reflexiona de la mano de Wells sobre la conveniencia de escribir con el horizonte de buscar el prestigio o de satisfacer al lector.
La novela opta por esto último con un dinamismo narrativo en el que no faltan emociones y giros, y con un estilo que hace la lectura agradecida. Este factor resulta especialmente reseñable, por cuanto supone una evolución decisiva en la obra de Palma. Autor de relatos memorables, joyas de maquinaria exquisita que recomiendo incondicionalmente, los dos intentos previos de Palma en el territorio de la novela se veían precisamente lastrados por el mismo estilo miniaturista que resulta tan satisfactorio en piezas de 15 páginas. En El mapa del tiempo ha encontrado una voz propia pero no intrusiva –pese a que, curiosamente, como narrador se da el capricho de intervenir libérrimamente en el relato-, que dosifica las ocurrencias y aciertos formales para permitir antes que nada el desarrollo de las historias.
La novela se articula en tres partes complementarias, un poco a lo Tarantino, en las que Wells es personaje común, y la obsesión por la posibilidad del viaje en el tiempo hilo vertebrador. Personalmente, mi favorita es sin duda la segunda, una historia de amor bastante singular, en la que brilla un personaje femenino inicialmente algo tópico pero que con su posterior desarrollo termina por resultar cautivador. La primera, de estilo algo más recargado, supone un arranque lento en comparación, claramente sobrado de páginas; y la tercera, en la que las paradojas temporales se enrevesan y se pretende ofrecer unas conclusiones, se me antoja algo oscura; sospecho que existe un mensaje en las últimas páginas, pero admito que no lo percibo con claridad. Aunque El mapa del tiempo no es la novela redentora que la cf española ansía –y que, tal vez, no reciba nunca-, sí supone un avance en muchos sentidos por conseguir reconocimiento para su temática y por elevar otro poco el abanico de públicos a los que puede llegar la muy recomendable obra de Palma. Además, y seguramente en lo que supone su auténtico objetivo cumplido, es una novela que se lee con interés durante una caudalosa cantidad de páginas, y se cierra con expectativas futuras.
Félix J. Palma: «Me siento con la madurez suficiente para hacer frente a lo que venga»
—Su novela es una reivindicación de los altos vuelos que puede alcanzar la novela de género. ¿Algo que añadir a las muchas páginas de la novela?
—Supongo que como se suele decir, lo he demostrado con hechos. En mi opinión, las historias de género -¿cuál no lo es?- no tienen por qué excluir los valores de la literatura con mayúsculas. Yo empecé escribiendo cuentos de ciencia ficción, e intenté hacerlo siempre con una prosa de calidad porque independientemente al amor que pueda sentir por el género, también amo la literatura, la musicalidad del lenguaje, la potencialidad de las palabras… En El mapa del tiempo he adaptado mi escritura porque tenía que trabajar con una historia más dinámica que las que generalmente alumbran mis cuentos, pero intentando que pese a ello también tuviera un valor en si mismo, que ofreciera un placer estético.
—Supongo que como se suele decir, lo he demostrado con hechos. En mi opinión, las historias de género -¿cuál no lo es?- no tienen por qué excluir los valores de la literatura con mayúsculas. Yo empecé escribiendo cuentos de ciencia ficción, e intenté hacerlo siempre con una prosa de calidad porque independientemente al amor que pueda sentir por el género, también amo la literatura, la musicalidad del lenguaje, la potencialidad de las palabras… En El mapa del tiempo he adaptado mi escritura porque tenía que trabajar con una historia más dinámica que las que generalmente alumbran mis cuentos, pero intentando que pese a ello también tuviera un valor en si mismo, que ofreciera un placer estético.
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¿Maestro?... ¡¡¡¡¡
ResponderEliminarY se queda corto, César. Para mí es un honor que califiques así mi novela. Y a vosotros, Julián y Care, infinitas gracias por el cariño y el espacio.
ResponderEliminarYo pensaba que la gran novela española de CF era "El mundo en la Era de Varick" de Andrés Ibáñez.
ResponderEliminarSaludos.
Hace unos días hice un comentario no publicado sobre este post en el que únicamente decía que la novela de Andrés Ibáñez "El mundo en la Era de Varick" era la obra maestra española de la CF. ¿Había algo malo en este comentario para que no haya sido aprobado?
ResponderEliminarÁngelus: en absoluto. Se trató sólo de un retraso. Te pedimos disculpas por la lentitud. Gracias por opinar.
ResponderEliminarY qué tal si nos dejamos de titulares y de rankins...
ResponderEliminarVayamos a los textos, ambos son excelentes.
Hola que tal! me pregunto si es posible conseguir la novela, estoy comenzando a conocer y me gustaria adentrarme aun mas.
ResponderEliminarGracias