Trad. Gemma Rovira. Lumen, Barcelona, 2007. 1.024 pp. 27,90 €
Elia Barceló
No hace ni media hora que he terminado de leer Así vuela el cuervo y me he sentado directamente a las teclas para compartir con los lectores de este blog mi admiración y mi entusiasmo. No es frecuente encontrarse con una novela como ésta: pulida, hermosa, cruel, real, perfecta. Una novela que te traslada directamente al año 1962, a una base aérea canadiense, y te hace sentirte parte de lo que está sucediendo a lo largo de más de mil páginas.
Al principio el lector se queda prendado de la prosa, de las maravillosas descripciones —llenas de observaciones curiosas, de percepciones de los cinco sentidos—, de la visión del mundo de una niña de ocho años con la que nos identificamos de inmediato y rescata el niño que fuimos y que, aunque a veces se nos olvide, aún llevamos dentro.
Las primeras trescientas páginas de la novela presentan un mundo y una vida como los de la película Pleasantville, pero en tecnicolor, para ilustrar el optimismo y la confianza de unas gentes que acaban de dejar atrás el horror de la Segunda Guerra Mundial y ahora se lanzan con todo su entusiasmo a construir un futuro de paz y felicidad para ellos y para sus hijos, a pesar de la Guerra Fría que, en la novela, es un personaje más. El sueño de poner un hombre en la luna antes de que lo hagan los soviéticos representa, por lo que significa de victoria frente al comunismo, la mayor aspiración de occidente, que está dispuesto a sacrificar literalmente cualquier cosa a esa victoria.
Junto con los personajes —tan perfectamente trazados que los sentimos como personas de carne y hueso— asistimos tanto a la crisis de Cuba y al terror a la hecatombe nuclear como a los problemas cotidianos de la base aérea —Centralia—, que poco a poco se van desplazando de pequeños contratiempos familiares a ominosas sombras que torcerán el destino de los protagonistas y marcarán para siempre ese futuro que parecía esplendoroso.
Pleasantville se va ennegreciendo a medida que avanzamos en la novela hasta que, en medio del idilio familiar, empiezan a suceder cosas terribles que desembocarán en el asesinato de una niña y traerán consecuencias funestas para todos.
No cuento más de la trama a propósito, porque me parece importante dejar que sea el lector mismo quien se vaya adentrando en los secretos de Centralia.
Así vuela el cuervo es una novela negra, pero no sólo. Es también una novela histórica, una novela de espionaje, una novela de iniciación, una novela nostálgica, psicológica... Su alcance es mucho mayor que el de las novelas de crímenes que se leen para pasar un buen rato; es una gran novela en la que el asesinato es sólo el catalizador —y la metáfora— de una sociedad optimista que traiciona sus propios ideales y se va desintegrando irreparablemente en un arco que va desde 1962 hasta poco antes de la caída del bloque soviético a finales de los años 80. Está admirablemente documentada, sin resultar pedante, y ninguna de sus 1.020 páginas está de más.
La traducción de Gemma Rovira es de lo mejor que he leído en años. Con un excelente castellano, se las arregla, sin embargo, para que no se pierda el perfume del inglés original y para realzar las otras lenguas que a veces usan los personajes. También le ha cogido el pulso a la multitud de letras de canciones y de citas variadas que salpican el texto, de manera que las menos conocidas están traducidas y las más famosas se mantienen en original para que el lector las identifique de inmediato. Es un privilegio leer una excelente traducción, y muy de agradecer el hecho de que el corrector haya hecho un trabajo impecable (apenas hay tres o cuatro errores tipográficos sin imporancia en mil páginas). El único problema es que el libro —sobrio y elegante— pese tanto, pero el dolor de muñecas es el precio que hay que pagar por un buen papel y una buena encuadernación.
Mi consejo a los lectores de este blog es que vayan de inmediato a comprar Así vuela el cuervo, que le quiten la funda blanca sin leer el resumen de la contraportada para saber lo menos posible de lo que se van a encontrar a lo largo de sus páginas, y que empiecen a leerla cuanto antes. Me lo agradecerán. Es una joya.
Elia Barceló
No hace ni media hora que he terminado de leer Así vuela el cuervo y me he sentado directamente a las teclas para compartir con los lectores de este blog mi admiración y mi entusiasmo. No es frecuente encontrarse con una novela como ésta: pulida, hermosa, cruel, real, perfecta. Una novela que te traslada directamente al año 1962, a una base aérea canadiense, y te hace sentirte parte de lo que está sucediendo a lo largo de más de mil páginas.
Al principio el lector se queda prendado de la prosa, de las maravillosas descripciones —llenas de observaciones curiosas, de percepciones de los cinco sentidos—, de la visión del mundo de una niña de ocho años con la que nos identificamos de inmediato y rescata el niño que fuimos y que, aunque a veces se nos olvide, aún llevamos dentro.
Las primeras trescientas páginas de la novela presentan un mundo y una vida como los de la película Pleasantville, pero en tecnicolor, para ilustrar el optimismo y la confianza de unas gentes que acaban de dejar atrás el horror de la Segunda Guerra Mundial y ahora se lanzan con todo su entusiasmo a construir un futuro de paz y felicidad para ellos y para sus hijos, a pesar de la Guerra Fría que, en la novela, es un personaje más. El sueño de poner un hombre en la luna antes de que lo hagan los soviéticos representa, por lo que significa de victoria frente al comunismo, la mayor aspiración de occidente, que está dispuesto a sacrificar literalmente cualquier cosa a esa victoria.
Junto con los personajes —tan perfectamente trazados que los sentimos como personas de carne y hueso— asistimos tanto a la crisis de Cuba y al terror a la hecatombe nuclear como a los problemas cotidianos de la base aérea —Centralia—, que poco a poco se van desplazando de pequeños contratiempos familiares a ominosas sombras que torcerán el destino de los protagonistas y marcarán para siempre ese futuro que parecía esplendoroso.
Pleasantville se va ennegreciendo a medida que avanzamos en la novela hasta que, en medio del idilio familiar, empiezan a suceder cosas terribles que desembocarán en el asesinato de una niña y traerán consecuencias funestas para todos.
No cuento más de la trama a propósito, porque me parece importante dejar que sea el lector mismo quien se vaya adentrando en los secretos de Centralia.
Así vuela el cuervo es una novela negra, pero no sólo. Es también una novela histórica, una novela de espionaje, una novela de iniciación, una novela nostálgica, psicológica... Su alcance es mucho mayor que el de las novelas de crímenes que se leen para pasar un buen rato; es una gran novela en la que el asesinato es sólo el catalizador —y la metáfora— de una sociedad optimista que traiciona sus propios ideales y se va desintegrando irreparablemente en un arco que va desde 1962 hasta poco antes de la caída del bloque soviético a finales de los años 80. Está admirablemente documentada, sin resultar pedante, y ninguna de sus 1.020 páginas está de más.
La traducción de Gemma Rovira es de lo mejor que he leído en años. Con un excelente castellano, se las arregla, sin embargo, para que no se pierda el perfume del inglés original y para realzar las otras lenguas que a veces usan los personajes. También le ha cogido el pulso a la multitud de letras de canciones y de citas variadas que salpican el texto, de manera que las menos conocidas están traducidas y las más famosas se mantienen en original para que el lector las identifique de inmediato. Es un privilegio leer una excelente traducción, y muy de agradecer el hecho de que el corrector haya hecho un trabajo impecable (apenas hay tres o cuatro errores tipográficos sin imporancia en mil páginas). El único problema es que el libro —sobrio y elegante— pese tanto, pero el dolor de muñecas es el precio que hay que pagar por un buen papel y una buena encuadernación.
Mi consejo a los lectores de este blog es que vayan de inmediato a comprar Así vuela el cuervo, que le quiten la funda blanca sin leer el resumen de la contraportada para saber lo menos posible de lo que se van a encontrar a lo largo de sus páginas, y que empiecen a leerla cuanto antes. Me lo agradecerán. Es una joya.
¡Qué entusiasmo! Me encanta esta reseña, qué ganas le entran a uno de leer el libro.
ResponderEliminarEstoy leyéndola.
ResponderEliminarPor la página 586 voy.
Esta semana tan caótica en el Baix llobregat, por el tema de las obras para el AVE, la novela hace que el trayecto de vuelta que hago en bus: Centre Fòrum-Plaza España-Viladecans sea corto.
Sólo tiene una "pega" pesa un monton para ir con él en el maletín. El argumento es terrible.
Tiene historia, perfiles de los personajes creibles...
La esposa entregada totalmente a la casa, al marido...(va perfecta ya en en la hora del desayuno!!)
Es intrigante, porque no sabes si al final todo sale a la luz....
Ya no digo nada más por si acaso alguien ve esto y fastidio la lectura...
Volveré a este blog cuando la acabe.
El libro es una auténtica joya. Yo lo he acabado y ahora no puedo empezar ningún otro. El aroma que desprende una buena cocina literaria es inolvidable. Una auténtica sorpresa, un hallazgo... Madeleine es un personaje encantador, las lágrimas parecen lluvia, la historia no pierde interés nunca, la escritura es genial, la traducción es una maravilla... impreso en buen papel, bien encuadernado...la única lástima que pese tanto!!!
ResponderEliminarAbsoluta y tajantemente recomendable!!!
Valentín
Me gusta tu reseña y estoy de acuerdo en lo que dices. Su lectura me tuvo abducida tanto como después lo hizo la saga Millenium, aunque Macdonnald sea una buena escritora y Stieg Larsson no lo sea.
ResponderEliminarEl título de tu blog me recuerda también a la historia de Madeleine, ya que en esa diminuta base militar de gentes tan bienpensantes no se podría concebir semejante tormenta.
Te dejo un blog que he abierto, por si te interesa: http://lisbethsalander-sincomponendas.blogspot.com/. Estoy abierta a discutir sobre literatura. Saludos
Aún no la he terminado, pero va a ser el mejor libro que lea este año, sin dudarlo. ¿Alguien sabe algún otro título de esta escritora y si está a la altura en otras de sus obras?
ResponderEliminarEstoy buscando este libro que ya está descatalogado, y aunque lo venden de segunda mano, me gustaría saber si existe con tapa blanda. De ser así, ¿alguien me lo podría vender? Muchas gracias
ResponderEliminar