Trad. Jaime Zulaika. Anagrama, Barcelona, 2007. 523 pp. 23 €
Alberto Luque Cortina
Si pudiera establecerse algún paralelismo musical con Julian Barnes (1946) elegiría inmediatamente al compositor francés Maurice Ravel. Ambos son elegantes, sutiles, ingeniosos, fieles a sus raíces, y poseen un profundo conocimiento de la “orquestación”, musical en el segundo caso, literaria en el primero.
De todas ellas, quizá la cualidad más sobresaliente del escritor inglés sea su inteligencia para “deconstruir” una historia y reconstruirla para los lectores desde un nuevo y más sugerente prisma, en un proceso similar al utilizado por Ravel en La valse. Este es el caso de Arthur & George, la historia de George Edalji, un joven abogado inglés de origen parsi que, a principios del siglo XX, fue acusado de mutilar a un poney en un pequeño pueblo de Inglaterra, Great Wyrley, e injustamente condenado a siete años de trabajos forzados. Este hecho, acaecido realmente, ha pasado a la historia judicial inglesa por haber contribuido a la creación del Tribunal de Apelaciones. En su día, la intervención pública del polifacético escritor Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, fue determinante para rehabilitar al abogado Edalji. A medio camino entre el caso de Gerry Conlon, llevado al cine con notable éxito por Jim Sheridan (En el nombre del padre, 1993), y el caso Dreyfuss, que cuenta también con su correspondiente adaptación cinematográfica, el caso Edalji es no menos aleccionador y dramático.
Barnes, tras una ardua investigación, utiliza estos hechos para crear una historia en la que realidad y ficción se entremezclan, y recrear un gozoso fresco de la Inglaterra de principios del XX, un imperio en decadencia que se debate entre el conservadurismo y la modernidad. Aunque esta técnica podría hacer pensar en El loro de Flaubert —la extraordinaria novela que situó a Barnes entre los grandes del panorama literario internacional— ambas obras son muy diferentes, ya que mientras aquella se aproxima apaciblemente a los paisajes de la metaliteratura, Arthur & George transita por terrenos más convencionales en los que se entrecruzan con habilidad diversos géneros, desde el costumbrista hasta el policíaco.
Barnes, que ha escrito varias obras policíacas con el seudónimo de Dan Kavanagh, consigue en este caso crear una gran novela de misterio que adquiere en algunos pasajes atmósferas sumamente inquietantes y en otros recuerda, cómo no, a las aventuras de Sherlock Holmes, eso sí, desde una óptica deformante.
Arthur & George es también una novela costumbrista, muy “inglesa”, como lo son todas las obras de Barnes, tan inglesa como “francesa” es la música de Ravel. La contraposición entre el conservadurismo y la modernidad de la sociedad británica de principios del XX se perfila a través de los dos protagonistas: George (Edalji), de padre indio y madre escocesa, inglés de nacimiento pero cuyos rasgos orientales no pasan desapercibidos, es un defensor de la tradición y el orden establecido al tiempo que encarnación viviente de la típica flema británica. En la otra orilla, Arthur (Conan Doyle), “inglés” de pura cepa y con un apabullante árbol genealógico a sus espaldas, hombre de notable éxito económico y social, impulsivo y en ocasiones presuntuoso, puede permitirse el lujo de criticar a la sociedad que le respeta y admira. De alguna manera ambos, poseedores de una consistente moralidad, son representantes de una Inglaterra en transformación y por ello se complementan, a pesar de las grandes diferencias que presumiblemente deberían separarles.
Arthur & George es, en resumen, una nueva muestra del talento narrativo de Barnes. Lectura ágil, muy agradable, de ritmo inteligente, con una trama de suspense muy bien urdida, y con el sello de calidad del escritor inglés. Una propuesta sin duda interesante.
Alberto Luque Cortina
Si pudiera establecerse algún paralelismo musical con Julian Barnes (1946) elegiría inmediatamente al compositor francés Maurice Ravel. Ambos son elegantes, sutiles, ingeniosos, fieles a sus raíces, y poseen un profundo conocimiento de la “orquestación”, musical en el segundo caso, literaria en el primero.
De todas ellas, quizá la cualidad más sobresaliente del escritor inglés sea su inteligencia para “deconstruir” una historia y reconstruirla para los lectores desde un nuevo y más sugerente prisma, en un proceso similar al utilizado por Ravel en La valse. Este es el caso de Arthur & George, la historia de George Edalji, un joven abogado inglés de origen parsi que, a principios del siglo XX, fue acusado de mutilar a un poney en un pequeño pueblo de Inglaterra, Great Wyrley, e injustamente condenado a siete años de trabajos forzados. Este hecho, acaecido realmente, ha pasado a la historia judicial inglesa por haber contribuido a la creación del Tribunal de Apelaciones. En su día, la intervención pública del polifacético escritor Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, fue determinante para rehabilitar al abogado Edalji. A medio camino entre el caso de Gerry Conlon, llevado al cine con notable éxito por Jim Sheridan (En el nombre del padre, 1993), y el caso Dreyfuss, que cuenta también con su correspondiente adaptación cinematográfica, el caso Edalji es no menos aleccionador y dramático.
Barnes, tras una ardua investigación, utiliza estos hechos para crear una historia en la que realidad y ficción se entremezclan, y recrear un gozoso fresco de la Inglaterra de principios del XX, un imperio en decadencia que se debate entre el conservadurismo y la modernidad. Aunque esta técnica podría hacer pensar en El loro de Flaubert —la extraordinaria novela que situó a Barnes entre los grandes del panorama literario internacional— ambas obras son muy diferentes, ya que mientras aquella se aproxima apaciblemente a los paisajes de la metaliteratura, Arthur & George transita por terrenos más convencionales en los que se entrecruzan con habilidad diversos géneros, desde el costumbrista hasta el policíaco.
Barnes, que ha escrito varias obras policíacas con el seudónimo de Dan Kavanagh, consigue en este caso crear una gran novela de misterio que adquiere en algunos pasajes atmósferas sumamente inquietantes y en otros recuerda, cómo no, a las aventuras de Sherlock Holmes, eso sí, desde una óptica deformante.
Arthur & George es también una novela costumbrista, muy “inglesa”, como lo son todas las obras de Barnes, tan inglesa como “francesa” es la música de Ravel. La contraposición entre el conservadurismo y la modernidad de la sociedad británica de principios del XX se perfila a través de los dos protagonistas: George (Edalji), de padre indio y madre escocesa, inglés de nacimiento pero cuyos rasgos orientales no pasan desapercibidos, es un defensor de la tradición y el orden establecido al tiempo que encarnación viviente de la típica flema británica. En la otra orilla, Arthur (Conan Doyle), “inglés” de pura cepa y con un apabullante árbol genealógico a sus espaldas, hombre de notable éxito económico y social, impulsivo y en ocasiones presuntuoso, puede permitirse el lujo de criticar a la sociedad que le respeta y admira. De alguna manera ambos, poseedores de una consistente moralidad, son representantes de una Inglaterra en transformación y por ello se complementan, a pesar de las grandes diferencias que presumiblemente deberían separarles.
Arthur & George es, en resumen, una nueva muestra del talento narrativo de Barnes. Lectura ágil, muy agradable, de ritmo inteligente, con una trama de suspense muy bien urdida, y con el sello de calidad del escritor inglés. Una propuesta sin duda interesante.
Gracias por esta ilustrativa reseña de un buen libro.
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